El teatro de Zuckerberg

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Es como si fueran a su confesionario particular. Cada cierto tiempo, los grandes popes tecnológicos acuden a Washington a escuchar reproches de políticos y de familias que se han visto atropelladas en ese salvaje oeste digital donde, antes de preguntar, disparan. Llevan años así. Volvió a ocurrir estos días. Mark Zuckerberg y compañía bajan la cabeza, dicen que entienden a los padres desesperados, porque ellos también tienen hijos, piden perdón por sus universos incontrolables y repiten, como en todas las ocasiones anteriores, que están trabajando en ello y que es evidente que hay que seguir mejorando. Tan evidente como la escasa intención de someterse a unas reglas mínimas en todos los sentidos. A los senadores estadounidenses solo les falta decir a los comparecientes que recen un Padre Nuestro y dos Ave Marías y que hasta la próxima. Y en esa próxima ocasión escucharán esa misma letanía de magnate desbordado por su propio éxito que supuestamente hace todo lo que puede, cuando en realidad surfea la ola bajo la que muchos se ahogan. Ese tipo que, por otra parte, presume entre amigos de que su compañía está por encima de los países y de sus normas. Con razón. Porque jamás ha habido unas aguas internacionales más profundas y oscuras que las de la web. Y no solo se trata de la dark web, también están esos contenidos que afloran en plataformas completamente legales y que suponen una tortura para usuarios y moderadores (los primeros se cuentan por miles de millones y los segundos son un puñado). Si tienes tanto dinero pero no despliegas medios, la ecuación está clara. Mucha codicia. Poca voluntad. Y unas pizcas de teatro en Washington. La hoja de ruta que pueden seguir los reyes de la IA.