Después de una década como presidenta de Unicef comité Galicia, ha llegado el momento de finalizar mi mandato, según los límites que marcan los estatutos. Siento una sensación de vértigo tras 20 años vinculada con la organización, pero a la vez un profundo sentimiento de agradecimiento por este regalo que me ha dado la vida: poder trabajar todos estos años con el objetivo de garantizar los derechos de la infancia, en todo momento y en todo lugar.
Es hora de mirar atrás y poner en valor todos los logros alcanzados para los niños y niñas en Galicia y en el mundo. Avances que son el resultado del empeño, esfuerzo y dedicación del equipo de Unicef comité Galicia y que han sido posible gracias al apoyo de todos nuestros aliados, administraciones públicas, medios de comunicación, sector privado, tercer sector, academia y 27.556 socios y socias.
Me enorgullecen los avances conseguidos en el ámbito de la participación infantil y adolescente. Siete municipios cuentan con órganos estables de este tipo; hemos celebrado tres encuentros autonómicos en la comunidad y se ha puesto en marcha el Consello Autonómico de Participación Infantil y Adolescente.
En el ámbito educativo, quiero destacar el programa de Educación en Derechos de Unicef España, que beneficia a más de 5.500 alumnos en Galicia. Nueve centros en los que los derechos de la infancia son la guía en cada decisión y en cada iniciativa. Y también hay que reseñar la incidencia realizada para alcanzar la gratuidad en el primer ciclo de educación infantil (0-3).
Por otra parte, elaboramos el estudio Impacto da Tecnoloxía na Adolescencia en Galicia, en colaboración con la Universidade de Santiago de Compostela y el Consejo General de Colegios de Ingeniería en Informática, del que se desprendieron datos y opiniones de más de 3.000 adolescentes de la ESO de Galicia. Las tecnologías de la relación, la información y la comunicación (TRIC) ofrecen grandes oportunidades, pero también entrañan grandes riesgos que impactan directamente en su bienestar y su salud mental.
Quiero hacer referencia a las alianzas establecidas con el sector público y privado en la comunidad, con el objetivo de paliar las situaciones de vulnerabilidad extrema en el mundo derivadas del covid-19, la crisis climática y las guerras que asolan tantos rincones del planeta.
Mi compromiso con la infancia no termina aquí, porque la defensa de los derechos de los niños y niñas es mi vocación; seguirá formando parte de mi día a día garantizar su supervivencia, promover su protección y hacer efectivo su derecho a la salud, física y mental, y a una educación de calidad.
¡Siempre contigo, Unicef!