Cáncer oral

Jose López-Cedrún JEFE DEL SERVICIO DE CIRUGÍA ORAL Y MAXILOFACIAL DEL CHUAC

OPINIÓN

María Pedreda

01 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El cáncer oral deriva del epitelio que reviste la mucosa de la cavidad oral. Constituye el 2-3 % de todos los cánceres, es el décimo en prevalencia y representa la sexta causa de muerte por cáncer.

Las dos causas más comunes son el tabaco y el alcohol, que tienen un efecto sinérgico entre ambos. Es más frecuente en varones alrededor de los 60 años, constatándose una progresiva mayor proporción de mujeres en las últimas décadas. Recientemente, el virus del papiloma humano (VPH) transmitido por vía génito-oral constituye otro factor de riesgo implicado en los cánceres de la orofaringe (amígdalas, paladar blando, base de lengua), pero también en los de cavidad oral. Aparece en adultos más jóvenes y con mayor equilibrio entre géneros.

Se localiza principalmente en la lengua y suelo de boca. La presentación más común es en forma de una úlcera que no cura, de tal forma que debe hacerse biopsia de cualquier lesión sospechosa que dure más de 2-3 semanas, lo que proporciona el diagnóstico histológico definitivo. El estadiaje del tumor se completa mediante pruebas de imagen (principalmente TAC cervicofacial con contraste), que van a permitir conocer la extensión local (tamaño del tumor, afectación del hueso, músculos, etcétera) y regional (afectación de los ganglios del cuello). En los tumores en estadios avanzados el PET-TAC permite estudiar la posible propagación a distancia del tumor (metástasis pulmonares...). Estas pruebas facilitan definir el estadiaje del tumor mediante el sistema TNM (T describe el tumor primario, N describe la afectación de los ganglios cervicales y M describe la presencia o ausencia de metástasis a distancia), lo que nos permite establecer un pronóstico.

En la cavidad oral la cirugía constituye el principal tratamiento, aunque la radioterapia puede obtener similares resultados en tumores no avanzados (en la decisión hay que contemplar los efectos secundarios asociados, la edad y el estado general en cada paciente). Los tumores avanzados generalmente se tratan con tratamientos combinados de cirugía y radioterapia-quimioterapia postoperatorias.

La cirugía consiste en la extirpación del tejido tumoral con un margen de seguridad circundante de tejido normal en combinación con el tratamiento de los ganglios del cuello (disección del cuello, o biopsia del ganglio centinela en los tumores no avanzados). En los tumores avanzados generalmente se necesita reconstruir el defecto para restituir la estética facial y funciones como la masticación y la deglución; para ello se suelen emplear autotrasplantes de tejidos de otras zonas del cuerpo (colgajos libres), siendo los más utilizados el colgajo libre radial del antebrazo, el colgajo anterolateral del muslo (en la reconstrucción de partes blandas) y el colgajo libre del peroné para la reconstrucción ósea mandibular.

El pronóstico no ha mejorado mucho con los años, con una supervivencia a cinco años del 50-60 %, que se relaciona principalmente con el estadiaje tumoral y específicamente con las metástasis en los ganglios cervicales. Por ello hay que insistir en el diagnóstico precoz, con la consulta al dentista o médico ante cualquier úlcera en la boca que no se resuelve en un plazo de 2-3 semanas.