El huracán Melissa hace historia en el Mar Caribe

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Imagen del huracán Melissa ayer al sur de Jamaica
Imagen del huracán Melissa ayer al sur de Jamaica NOAA

El huracán pasó de categoría 1 a 5 en 24 horas y este martes tocará tierra en Jamaica

28 oct 2025 . Actualizado a las 09:18 h.

Melissa apuntaba maneras desde el minuto uno. No nació frente a la costa noroeste de África, sino en el propio Caribe. Por tanto, tampoco tuvo que recorrer el Atlántico tropical entero para ir creciendo. Alimentándose de unas aguas calientes de récord, por encima de los 31 grados, en solo un día de vida ya era una tormenta nombrada por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).

Después estuvo cuatro días circulando por el Caribe central dando muestras de una falsa calma, cuando en realidad almacenaba energía en silencio aprovechándose de unas condiciones propicias. El domingo 25 de octubre fue catalogada como huracán de categoría 1. A partir de ese momento, Melissa se desató por completo. Sufrió una intensificación explosiva y 24 horas después se transformó en un monstruo de categoría 5, el tercero de la temporada después de Erin y Humberto. Solo una temporada en la era moderna ha visto más de dos huracanes con la máxima categoría. Fue en el 2005 con Emily, Katrina, Rita y Wilma.

Cualquier registro da buena cuenta de lo extraordinario del fenómeno. Su presión mínima central cayó hasta los 908 milibares. «Es la más baja registrada para un huracán del Atlántico a estas alturas del año. Se han registrado presiones constantes para huracanes del Atlántico desde 1979. A menor presión, mayor potencia del huracán», explica Philip Klotzbach, meteorólogo de la Universidad de Colorado.

La velocidad del viento aumentó de manera súbita desde 120 hasta los 250 kilómetros por hora. Un reciente artículo publicado en la revista Scientific Reports sostiene que los huracanes hoy se intensifican con hasta un 30 % más rápido que hace 50 años.

Melissa es además un huracán con un ojo perfectamente definido, donde la temperatura era 15 grados más alta que sus alrededores y el donde el aire era extremadamente seco. De hecho, ha pasado a la historia por presentar el ojo más seco jamás observado en un huracán atlántico. Los sensores detectaron valores de humedad mínimos, comparables solo a los de los tifones más extremos del Pacífico. El aire descendente, extremadamente cálido y seco, actuó como un pistón térmico que profundizó la baja presión y alimentó la intensificación explosiva que convirtió a Melissa en un huracán de categoría 5 en apenas 24 horas.

El meteorólogo norteamericano Matthew Cappucci que subió a bordo de uno de los tres vuelos de la Agencia Nacional de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos (NOAA) que se metió dentro del ojo describía así lo que vio. «Es poéticamente siniestro. Destrucción y paz yuxtapuestas. Una especie de pausa fuera del tiempo, en la que, por un momento, todo parece tranquilo y apacible, aunque a tu alrededor te rodee la devastación inminente. Es como una realidad paralela que solo dura unos instantes».

Este martes toca tierra en Jamaica, donde podría producir una auténtica catástrofe. La isla nunca se ha enfrentado en su historia reciente a un categoría 5. La previsión anuncia vientos sostenidos superiores a los 160 kilómetros por hora. Además, se esperan graves inundaciones ya que los acumulados de agua oscilarán entre 500 y 1.000 litros por metro cuadrado.

Otro de los fenómenos más destructivos será la marejada ciclónica, un aumento súbito del nivel del mar que aparece como consecuencia del fortísimo viento y la baja presión. Está previsto que pueda aumentar hasta tres metros.

Mañana saldrá de Jamaica y pondrá rumbo al este de Cuba, donde también tendrá un impacto devastador. Los modelos contemplan que se debilite al tocar tierra, pero parece probable que pueda mantener la condición de huracán mayor, categoría 3 o más. Melissa descargará entre 300 y 500 litros por metro cuadrado y rachas de viento de hasta 200 kilómetros por hora.

El mensaje de la NOAA para las dos islas es: «Melissa representa una amenaza extrema, prolongada y potencialmente catastrófica».