«Es casi imposible tomarse algo en la terraza de un bar sin estar fumando de modo pasivo»

OPINIÓN

06 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No hagamos demagogia con el tabaco

Todo el mundo sabe que el tabaquismo es el principal problema de salud pública que tenemos en España. Todos somos en alguna medida imitadores. La mayoría de fumadores empiezan en la adolescencia, imitando a otros. En este sentido, tiene un efecto demoledor que los adolescentes, cuando pasean por la calle o están en una terraza, vean todos los días montones de gente fumando en lugares públicos. No educa lo que decimos; educa lo que hacemos. Son los primeros perjudicados por la actual permisividad con el tabaco. Las campañas de concienciación sirven de poco cuando nos ven hacer lo contrario de lo que decimos.

Otros grandes perjudicados somos el 80 % de personas que no fumamos, ya que se nos expulsa de hecho de lugares públicos que por pura lógica debería estar libres de humos. La libertad de una persona termina donde empieza la de otra. Es prácticamente imposible tomarse algo en la terraza de un bar sin estar fumando de modo pasivo el tabaco del que se sentó en la mesa de al lado. Aunque no todos, la mayoría de los fumadores son absolutamente desconsiderados con las personas que no fumamos.

Aquí aparece la figura del hostelero estándar, el que anuncia el fin de la hostelería cada vez que se propone alguna medida que afecta a su actividad. Los bares y restaurantes están y estarán llenos a rebosar con o sin tabaco, de lo cual por supuesto yo me alegro. Lo que pasa es que mucha de esta gente se acostumbró al lloriqueo constante.

Por último están los políticos. Deberían escuchar a todos y tomar las decisiones que benefician a la mayoría, dentro de la cual, en este caso, estarían incluso los propios fumadores. No sean demagogos y populistas, a la gente hay que decirle la verdad aunque no le guste. No lo que quieren oír. Cuando vas al médico y tienes un cáncer no te dice que tienes un catarro. Cesáreo Lorenzo Rodríguez. Ourense.

Una de olivos

Aunque parezca mentira, y lo parece, el litro de aceite de oliva es más barato en un supermercado alemán (9,80 euros) que en uno español (12,78 euros). Siempre comparando precios de un producto de similar calidad. ¿Dónde está el misterio? Alemania no tiene olivos, es un clima más bien frío. En España sí los tenemos, de hecho somos uno de los mayores productores de aceite de oliva del mundo. Pero no solo se da esta diferencia con el aceite, sino con productos corrientes de una compra habitual de supermercado. En búsqueda del misterio, mirando facturas, descubrimos que ellos, los alemanes, aplican diferentes tipos de IVA, que suele ser más bajo en los alimentos y productos de primera necesidad. En resumen: tienen la cesta de la compra más barata que en España. ¡Ah!, y sueldos más altos que los nuestros. No hablemos ya de la deuda. La nuestra la pagarán hasta los nietos. Y a estas alturas de la reflexión monetaria aparece una kafkiana imagen televisiva. Con la que está cayendo, ¿qué hace el presidente Sánchez vestido de forense en el Valle de los Caídos? M. J. Vilasuso. As Pontes.

Rubiales, charlatán y oportunista

Vista la entrevista a Luis Rubiales, creo que el expresidente de la RFEF es un charlatán oportunista; listo, sí, pero charlatán. Su lenguaje corporal y reacciones a las preguntas denotaban poca seguridad e improvisación. Otra figura más cegada por el poder, otro personaje más denostado por el sistema cuando ya no es útil al mismo o se acerca demasiado al Sol, como Ícaro. Espero que Rubiales no repita el carrusel de entrevistas que dio el abogado defensor de La Manada. Jaume Enciso. Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona).