Antisemitas

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

Amir Cohen | REUTERS

13 may 2024 . Actualizado a las 22:08 h.

La barbarie

Toda vez que por el mundo surgen protestas contra la barbarie que Israel está infringiendo a la población palestina de Gaza y Cisjordania, el presidente Netanyahu nos acusa de «antisemitas».

Pues bien, si oponerse a la barbarie de Israel, con cerca de 40.000 muertos, de los cuales casi un 40 %, son niños, y 75.000 heridos, que no tienen donde curarse, porque Israel se encargó de dejarlos sin hospitales y casi sin médicos, es ser antisemita, soy antisemita. De la misma forma que soy antinazi, o antifranquista, o antifascista, y, lo tengo que decir, antiyanqui, por el apoyo que este país presta a aquellos que, de alguna forma, dejan dividendos, sin importarles para nada el sufrimiento del invadido.

Así que, ya estoy catalogado. No apetezco riquezas, solo paz en el mundo, que, unos cuantos se niegan a consentir, porque su seguridad se basa en la tenencia casi en exclusiva de la bomba atómica. ¿Se acuerdan ustedes cuando unos países se repartieron el mundo para la fabricación de esta arma letal? Incluso se bombardearon «fábricas de uranio enriquecido». Solo lo pueden fabricar: EE.UU., Rusia, China, Gran Bretaña, Francia, India, Israel, Pakistán y ¿Corea del Norte?

Sería de mucha ayuda para los palestinos, que tuvieron que repartir su territorio con los judíos que salían de los campos de exterminio nazis, y que, ahora, ven cómo son asesinados con el único afán de apropiarse de su territorio, que la comunidad internacional tuviera una actitud más dura contra Israel. Raúl pillado. Narón.

Palabras

Palabras vacías y huecas que se ahogaron en el fango de la realidad podrida; palabras que se atragantaron con el miedo de amores y desencuentros. Pero nos quedamos muchas imposibles de callar como en la luz la sombra, gritando en el suspiro. Palabras que han brotado de las cenizas y miran con nuevos ojos. Palabras que bailan las discrepancias y ríen los desacuerdos. Las palabras del corazón. Hay quienes miran raro, pero nosotras seguimos juntando nuestros trozos y creciendo en la incertidumbre. Nuestro flamante lenguaje está disponible para aprendices de oídos y bocas. Cada vez somos más las que hablamos la misma lengua. Nos entretenemos enseñando a quienes quieren escuchar. Y cuando los oídos arranquen voluntades, descansaremos. Tenemos tanto por hacer…Cristina Fuentes Rivero.