¿Por qué somos deportivistas?

Jose Luis Fernández Trisac AL HILO

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

13 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Escribo estas letras desde la alegría y la tranquilidad como deportivista de ver el objetivo cumplido, nuestro ansiado regreso al fútbol profesional. Es difícil de explicar el amor que se puede llegar a sentir por un equipo de fútbol, para mucha gente es algo incomprensible. Como hombre de ciencia, quiero pensar que soy una de esas personas que liberan dopamina y activan ciertas áreas encefálicas, incluyendo la amígdala cerebelosa, según demostró un equipo investigador de la Universidad de Coímbra liderado por Catarina Duarte hace ya algunos años. En el citado estudio, se demostraba que más de sesenta sujetos de ambos sexos activaban las mismas zonas cerebrales en escáneres funcionales cuando les mostraban imágenes de sus equipos favoritos y de las personas amadas. Asistir al estadio o a los desplazamientos siguiendo al equipo reduce la sensación de aislamiento de las personas, fomenta la interacción social y fortalece las relaciones, lo que sin duda favorece a nuestra salud mental. Lo dicho hasta ahora serviría para cualquier aficionado de cualquier equipo del mundo, pero ser deportivista conlleva una característica distintiva que es nuestra capacidad de prestar apoyo incondicional también en la adversidad.

Disfrutar de algo en pequeñas dosis es una sabia estrategia de los deportivistas, las cantidades moderadas nos permiten apreciar las cosas más plenamente, por el contrario, los excesos nos hacen caer en la rutina y probablemente en la falta de ilusión. Y aquí estamos, una vez más, con una de las pequeñas píldoras que a lo largo de los años nos va dejando el Dépor. La próxima temporada cumpliré 25 años como socio ininterrumpidamente, en todo este tiempo, he podido disfrutar de las píldoras que en pequeñas entregas me proporcionaba mi equipo, algunas fueron intensísimas como el día que ganamos la liga, estar en el Bernabéu el día del centenariazo o el viaje a Oporto en la semifinal de la Champions. La suerte que tenemos los seguidores del Dépor es que sabemos, que por muy mal dadas que vengan, a veces durante varias temporadas seguidas, en algún momento llegará una píldora deportivista que nos hará inmensamente felices y nos protegerá hasta la siguiente entrega. Solo así se puede entender que Lucas Pérez renunciara a la primera división para venir a ayudar al club de sus amores, él al igual que todos los deportivistas ha recibido ya algunos comprimidos blanquiazules con ese mágico efecto que hará que podamos resistir y apoyar ante la desdicha hasta que nos llegue la siguiente dosis. Así convivo con mis dos principales pasiones: ser médico de niños y seguidor del deportivo. Seguiré trayendo gorritos y patucos blanquiazules tejidos por mi madre cada vez que voy a visitarla a mi querido pueblo (Santa María del Páramo), gorritos que acompañan a nuestros frágiles pacientes en sus incubadoras de la unidad neonatal; seguramente me mueve la pasión, ese sentimiento también es el que me hace intentar buscar la excelencia para ofrecer la mejor atención a los cientos de niños y niñas que necesitan nuestra ayuda tras su nacimiento. No tengo ninguna duda de que estos futuros deportivistas recibirán en su vida pequeñas dosis de alegría teñida de blanco y azul

. ¿Por qué somos deportivistas? La respuesta es sencilla, sabemos que de vez en cuando nos llegarán pequeñas píldoras como la que acabamos de recibir. Y, me da la sensación, que se avecina una buena temporada para los futuros deportivistas y para nuestro Dépor. ¡Hay cantera!