Gallegos en el canal de Panamá

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

Carlos Lemos | EFE

23 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el XL Semanal (12-18 de mayo) se publicó un reportaje titulado «Los ocho mil héroes gallegos que ayudaron a construir el canal de Panamá». Cuando se cumplen 110 años de su inauguración, se rinde un homenaje a los gallegos que, con pico y pala, y en el infierno de las marismas, ayudaron a levantar la obra faraónica de este paso navegable.

El ingeniero jefe, norteamericano, John Stevens, ordenó que trajesen gallegos. Stevens conocía a los obreros gallegos por la construcción del ferrocarril en Cuba, la colonia que Estados Unidos arrebató a España. La buena fama de los obreros gallegos llegó a los oídos del entonces presidente de EE.UU., Theodore Roosevelt, quien facilitó el reclutamiento de los gallegos para las obras de construcción del canal de Panamá. La asociación A Nosa Terra ha documentado la presencia de casi nueve mil gallegos en aquella obra. Unos quinientos murieron en los trabajos.

La mayoría de las muertes se debían a la malaria o el paludismo, una enfermedad infecciosa producida por parásitos del género Plasmodium y transmitida por las hembras de varias especies de mosquitos Anopheles. La quinina es uno de los primeros fármacos usados para curar la malaria. Desde que se empezó a administrar quinina a los obreros del canal, el número de muertos disminuyó claramente. La quinina se usa como potenciador del sabor en el agua tónica, a la que confiere su característico sabor amargo. En el gin-tonic, se tapa el amargor con ginebra.