La celiaquía es una enfermedad autoinmune en la que factores genéticos predisponen al sistema inmunológico a una repuesta anormal al gluten, proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno, dañando el revestimiento del intestino delgado, lo que impide la correcta absorción de nutrientes, entre ellos y de especial importancia el hierro.
Se estima que en nuestro país la incidencia de la enfermedad celíaca afecta aproximadamente a un 1% de la población, aunque muchos casos siguen sin ser diagnosticados. Los síntomas pueden variar entre individuos y provocar molestias gastrointestinales como diarrea y dolor abdominal, hasta manifestaciones no digestivas como erupciones cutáneas, anemia o fatiga crónica. En niños, además, puede comprometer el crecimiento y desarrollo.
El diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones a largo plazo y, una vez este se produce, el único tratamiento eficaz es una dieta estricta sin gluten de por vida.
Adoptar una dieta sin gluten cuando nos han diagnosticado celiaquía puede parecer un desafío al principio, ya que implica cambios importantes en la misma, pero con la información adecuada y el soporte de un médico especialista o un dietista-nutricionista, es posible llevar una vida saludable y disfrutar de una alimentación variada y equilibrada.
¿Qué comer si eres celíaco?
Frutas y verduras: No tienen gluten y son esenciales en cualquier dieta saludable. Pueden consumirse frescas, congeladas, en batidos, zumos o enlatadas (vigilando que no lleven aditivos que contengan gluten).
Proteínas: Carnes, pescados, huevos y legumbres son seguros siempre que no estén rebozados o elaborados con productos que contengan gluten. Para esto, la mejor opción es optar por productos frescos y sin procesar.
Frutos secos: Estos alimentos son ricos en proteínas, fibra y otros nutrientes esenciales. Asegúrate de que no estén contaminados con gluten durante su procesamiento.
Lácteos: La mayoría de los productos lácteos como leche, yogur y quesos son libres de gluten. Sin embargo, es importante revisar las etiquetas nutricionales.
Cereales y harinas sin gluten: El arroz, maíz, quinoa, mijo, trigo sarraceno y amaranto son buenas alternativas. También existen harinas sin gluten como la de almendra, coco y garbanzo.
Pan y pasta sin gluten: Hoy en día, es fácil encontrar productos sin gluten en supermercados y tiendas especializadas. Hay una amplia variedad de panes, pastas y galletas específicamente elaborados para personas con enfermedad celíaca.
Además de esto, debemos tener en cuenta que es fundamental evitar la contaminación cruzada en la cocina, empleando utensilios exclusivamente destinados a la preparación de platos sin gluten y manteniendo las superficies limpias y separadas de las zonas de preparación de alimentos con gluten.
Actualmente podemos encontrar infinidad de recetas sin gluten en internet, además de muchos restaurantes y establecimientos que ofrecen opciones sin gluten en sus menús. Sin embargo, es recomendable informarse previamente y comunicar que eres celíaco.