En una entrevista que dio a El País Semanal el pasado fin de semana, la escritora francesa y premio Nobel Annie Ernaux confesó que no conocía a Taylor Swift. En realidad, la respuesta a la pregunta fue mucho mejor, porque en su curiosidad por saber quién era esa famosísima cantante, mientras apuntaba el nombre que le deletreaba la periodista, Ernaux contestó: «¿Swift?, ¿como Jonathan Swift?». Puede sorprender que a los 84 años, una escritora esté inmersa en su pequeño gran mundo, rodeada de libros y ajena a los movimientos eufóricos de las masas de fans y habrá quien se lleve las manos a la cabeza. Aunque tampoco sabemos si Taylor Swift conoce a Annie Ernaux, y sería interesante que si alguien tiene la oportunidad, se lo pregunte, a ver en qué onda está la megaestrella. Lo que es cierto es que Ernaux está más próxima al autor de Los viajes de Gulliver que a la del Shake it Off y que conoce a fondo los vaivenes de la vieja Europa y de la Francia que ahora se resquebraja. Una Europa que también vive en su mininundo, en su zona de interés, ajena a los genocidios que la rodean y enmudecida en un confort que tranquiliza las conciencias, porque nadie quiere saber de verdad lo que pasa. Eso explica que el domingo la mayoría descubriera por sorpresa a un tal Alvise y que a la Europa de Annie Ernaux, ahora sí, se le acabó la fiesta.