Los 22.655 galegos de SALF

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Ballesteros | EFE

12 jun 2024 . Actualizado a las 14:49 h.

Hay que concederle a los 22.655 gallegos que el domingo metieron la papeleta de Se Acabó la Fiesta en la urna un olfato muy fino para cachar la vanguardia. A la mayoría de nosotras, las cositas y la biografía del tal Luis Pérez, incluido su rebautismo con el más veneciano Alvise, se nos había quedado fuera del radar, quizás por una incapacidad bioquímica para entender que algo pueda estar a la derecha de Vox, igual que no estamos diseñadas para comprender qué es un grupo topológico o la teoría cuántica de campos.

En realidad, nuestro problema existencial es mucho mayor y nuestro desencuentro con la modernidad, escalofriante, con lo que nosotras hemos sido. Porque después de buscar los principios fundamentales del tal Luis Pérez y su SALF, en lugar de amortiguársenos la perplejidad, como acontece siempre que se alumbra la ignorancia con conocimiento, el pasmo se nos va de madre. Veamos. España tendrá en el Parlamento europeo tres diputados de esta organización hermana de lo más sofisticado y elegante del planeta. Su caudillo nos considera a los periodistas, mercenarios; a los políticos, una casta parasitaria que ha entregado España a intereses extranjeros; promete construir una mega cárcel para «los José Bono» y «los Felipe González» y acometer una «deportación masiva» de inmigrantes. Y todo así.

Hubo antes mendrugos e insensatos similares, pero una especie de sentido común general los hacía fosfatina antes de empezar la carrera. La cuestión es que ahora no. Tipos como este Alvise se van haciendo huecos en las mismas instituciones que prometen revocar si llegan, y ya vamos teniendo pruebas de que lo que con ellos llega es un desastre. En Galicia hay algún caso que lo prueba. Está en Ourense y se llama Gonzalo Pérez Jácome.