Comentarios de cafetería

OPINIÓN

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Venres, oito da mañá, O Carballiño. Almorzo na cafetería de sempre. Na televisión están co informativo matinal. Momento no que emiten as imaxes da multitudinaria peregrinación á Meca. «Pena dunha bomba», escoito dicir a quen está na mesa do lado. Non fago caso. Seguinte día. Sábado, oito da mañá, mesmo lugar e mesmo almorzo. Na televisión coincide o mesmo informativo matinal do día anterior e coinciden tamén as imaxes da peregrinación á Meca das últimas horas. «Pena dunha bomba», escoito dicir a alguén apoiado na barra. «O mesmo estaba pensando eu», di outra persoa apoiada sobre a mesma barra. Algo dentro de min se alborota e provoca que o almorzo se me faga difícil de dixerir. Creo que a preocupación sobre algúns comportamentos ultras que xa hai tempo tiñamos que ir tomando en serio, apunta, e xa aínda moito máis en serio, a que non podemos deixarnos ir nin dedicarnos a mirar cara a outro lado. Algo que eu acabo de facer. A razón? Quizais porque non me esperaba algo así nun lugar no que, aparentemente, nunca pasa nada. Seguro que nisto coincidimos con moitos outros lugares. Por certo, este tipo de comentarios tamén se acentúan cando se fai referencia ás políticas que teñan que ver con Cataluña. Manuel I. Nanín. O Carballiño.

El «show» del comediante

Debió de ser en el año 2014 cuando salió a la luz el libro titulado La vida oculta de Fidel Castro, de la editorial Ariel-Planeta, que viene a ser la versión española de la misma edición en francés. Su autor, Juan Reinaldo Sánchez, sirvió como guardaespaldas del jerarca cubano convencido de estar prestando un servicio inestimable a la revolución. Una conversación en la que se afirmaba que el caudillo estaba relacionado con grandes operaciones de tráfico ilegal fue lo que le quitó, al parecer, la venda que el propio sistema le había puesto cuando ingresó en el servicio personal del jerarca. Entonces, su principal función era cubrir al detalle las actividades diarias de Fidel para publicar en la prensa oficial lo que le convenía transmitir. Y lo hizo con el detalle que refleja en su libro-denuncia, en el que cuenta la vida de excesos del viejo líder, dueño de la isla Cayo Piedra, donde recibía a figuras y a amigos con lujosos yates ante un país estancado en la miseria. Aviso a navegantes. Quizá es el momento de que alguna gente se quite por fin la venda sobre lo que ofrecen ciertos partidos, muchas veces a costa de la libertad de sus ciudadanos. No debemos ignorar tampoco esos cantos de sirena a los que se nos tiene tan acostumbrados desde ciertas instancias por estar fuera de todo sentido común. O porque nos podrían llevar directamente contra un arrecife. En la mitología griega, el canto de las sirenas era considerado tal que ningún hombre podía resistirse a su melodía. Su canto era persuasivo y cautivador, de manera que los navegantes se dejaban llevar por su llamado. Muchos barcos se estrellaban contra los arrecifes porque los marineros se abstraían de su deber en busca de las sirenas. Luis Enrique Veiga Rodríguez. A Coruña.

Cada día entiendo menos al PSOE

Estoy asombrado porque conozco a mucha gente de ultraderecha. Al menos, eso es lo que dice Pedro Sánchez, que el PP es una de las tres ultraderechas de España, lo que convierte a sus votantes en ultraderecha. Que alguien le diga a este hombre que ha perdido el rumbo y que se lo está haciendo perder al propio PSOE. Sin ir más lejos, que me expliquen por qué desde el PSOE han lanzado críticas rabiosas a Giorgia Meloni, la presidenta de Italia, para después darle las gracias por invitar a Carlos Cuerpo, ministro de Economía español, a la cumbre del G7. Si tanto la criticas, no vayas. Algo falla en el mensaje socialista cuando una política de ultraderecha, que tanto parece quitar el sueño a Pedro Sánchez, se reúne con los presidentes de los países más potentes del mundo, tratándola todos como si fuese la mejor política de Europa. Algo no nos explican cuando Giorgia Meloni es capaz de invitar al papa Francisco y a los presidentes de Argentina, Brasil, Ucrania, Turquía, Mauritania, Argelia, Túnez, Kenia y a los máximos representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Africano del Desarrollo, la ONU y la Unión Africana. Si yo fuese Pedro Sánchez, me preguntaría qué estoy haciendo mal para no ser invitado también, y después me subiría por las paredes. Juanma Sánchez. Negreira.