Endometriosis y pelvis congelada

sara quintana tustain, cristina guillán maquieira GINECÓLOGAS DE LA UNIDAD DE ENDOMETRIOSIS DEL CHUAC

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

29 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La endometriosis es una enfermedad que afecta aproximadamente al 10 % de las mujeres en edad reproductiva. Concretamente en nuestra área sanitaria se estima entre 12.000 y 14.000 mujeres, y aunque no es una enfermedad maligna, sabemos que si no se detecta y se trata a tiempo, puede llegar a ocasionar una de las patologías más complejas que como especialistas en ginecología podemos encontrar, que es la pelvis congelada.

No se sabe realmente cuál es el origen de la endometriosis, pero conocemos que el endometrio (que recubre la parte interna del útero) crece fuera de este, provocando una reacción inflamatoria crónica pudiendo ocasionar cicatrices y adherencias que alteran la anatomía y pueden originar una pelvis congelada. Cuando este proceso sucede, los órganos pélvicos como el útero, ovarios, trompas, vejiga e intestino grueso se encuentran adheridos unos a otros, incluso a los huesos de la pelvis, volviéndose inmóviles o congelados, formando una red que los une, provocando cuadros de dolor pélvico en todas sus modalidades. Esto puede provocar infertilidad y/o síntomas relacionados con el órgano afectado, sobre todo digestivos y urinarios, que alteran de forma importante la calidad de vida de las mujeres.

El tratamiento de la endometriosis es de por vida, especialmente adaptado a cada paciente, como un traje a medida, a sus circunstancias, y a las distintas etapas reproductivas de su vida, considerando el tratamiento quirúrgico únicamente cuando no se controlan los síntomas con tratamiento médico.

La cirugía puede ser muy compleja debido a la ausencia de puntos de referencia anatómicos y planos quirúrgicos que los cirujanos necesitamos para localizar y evitar dañar otros órganos, siendo nada despreciable el riesgo de complicaciones, por lo que debe ser tratada en centros que dispongan de equipos multidisciplinares especializados en esta enfermedad.

La demora en el diagnóstico de la endometriosis, que en la actualidad se establece en torno a los 8 años, es una asignatura pendiente que tenemos que mejorar, para lo cual primero tenemos que concienciarnos tanto los médicos como  la sociedad, de que el dolor pélvico como el dolor de regla (dismenorrea), el dolor al mantener relaciones sexuales (dispareunia), el dolor al defecar (disquecia) o el dolor al orinar (disuria), que no responden a la analgesia habitual, no son normales.