Begoña, el juez y la ley

María Pereira López
María Pereira López MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS UNIVERSIDADE DE SANTIAGO

OPINIÓN

Jorge Zapata | EFE

05 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras Feijoo exhibe su sospecha de que el Constitucional está blanqueando la corrupción del PSOE andaluz en el caso de los ERE, Sánchez desacredita la intención y la instrucción del juez en el caso contra su mujer. Sus declaraciones son la mayor demostración de que unos y otros están convencidos de que la justicia no es limpia, que responde a intereses políticos, y que actúa de forma diferente según quién sea el juez y quién sea el juzgado.

Lo peor de todo es que, seguramente, ambos tienen razón y, seguramente, también, ambos han participado en reuniones donde esta razón estaba evidenciada y explicitada, y, por tanto, no seré yo la que ingenuamente les vaya a discutir la dramática situación que atraviesa la justicia española y la acuciante necesidad de regeneración del estamento judicial.

Tan políticamente actúa el juez Peinado como el Constitucional, como el Supremo cuando condenó a los responsables de los ERE al margen de la existencia de una ley del Parlamento andaluz que los habilitaba. Seguramente Begoña Gómez no debió mandar aquellas cartas, pero eso no impide que la actuación del señor Peinado no deje de ser responder a intereses políticos de partidos y actores concretos. Y ese es el problema, que los jueces, incluido el señor Peinado, creen que todo vale si el objetivo es justo, o, dicho de otro modo, que poco importa la ley si procuran la justicia. El problema es que esa justicia es subjetiva, interesada y negociada a favor de sujetos políticos concretos. Para investigar a alguien tiene que existir un claro indicio de un delito concreto, y por eso, cuando el juez Peinado dice que investiga toda la relación de la señora Gómez con el señor Barrabés, nos cuesta entenderlo, a no ser que relacionarse con ese señor sea un delito. Desde que empezó la actuación del juez, la vinculación de la idea de corrupción a la mujer del presidente, y por lo tanto a este, ha sido la estrategia discursiva fundamental de Feijoo, que depositaba toda su confianza en la independencia judicial para este caso, pero que poco después rechaza la independencia de los jueces del Constitucional.

Begoña Gómez declara hoy ante el juez aduciendo que algunos de sus derechos básicos no se han respetado, parece que al juez no le importa, ¿qué responsabilidades tienen los jueces si mañana el Constitucional advirtiera que efectivamente no se respetaron los derechos de la señora Gómez? No es nuevo, algunos jueces siempre coquetearon con la política, la diferencia es que antes el juez se identificaba con la ley y nadie se atrevía a cuestionar al juez porque parecía que cuestionabas la ley, ahora la veda se ha abierto, el juez y la ley ya no son lo mismo, no voy contra la ley, solo contra los jueces que no se someten a ella, porque creen que su justicia está por encima de la ley.