Hay dos asuntos primordiales en el foco de la actualidad. El primero, sobra decirlo, es el fútbol. El segundo, la inmigración y las convulsiones que desencadena en la extrema derecha. En torno a esas dos cosas, y algunas más, gira La fiebre, serie francesa de la que Movistar+ ha estrenado oportunamente el primero de sus seis capítulos. También aborda el caos de las redes sociales, refleja cómo una pequeña chispa puede generar un desequilibrio imprevisible y cómo influencers sin escrúpulos aprovechan el tumulto para alborotar y moldear conciencias.
La fiebre lleva la firma de los creadores de Baron Noir y comparte con ella su ritmo de acción y diálogos ágiles. Crea situaciones que, aunque a ratos rozan el esperpento, rezuman contenido. Todo empieza en una gala de premios de fútbol cuando el jugador estrella del ficticio Racing París golpea brutalmente a su entrenador y lanza contra él un insulto racista. El agresor es negro y el agredido, blanco. El primero quiere marcar goles, el segundo lo necesita como todocampista. En un abrir y cerrar de ojos estalla un escándalo nacional y el club contrata a una agencia de comunicación experta en gestionar crisis de imagen de 72 horas. Del modo en que consigan rebajar la tensión y desenredar el embrollo dependen muchas cosas, la cotización del jugador, el presupuesto del club, el futuro estadio... Pero también una estabilidad nacional amenazada por el odio latente.