La semana pasada se cometieron seis asesinatos en tres casos de violencia de género en el corto espacio de 24 horas. Y este fin de semana nuevamente cuatro mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. En uno de estos supuestos sobre el verdugo pesaba una orden de alejamiento y la víctima se encontraba dentro del programa VioGén, un sistema policial centralizado en el Ministerio del Interior, destinado al seguimiento y protección de las mujeres víctimas de violencia de género y de sus hijos e hijas en cualquier parte del territorio nacional.
Pese a estas medidas a adoptar sobre agresor y agredida, ¿por qué siguen ocurriendo estas muertes de personas que son asesinadas por el simple hecho de ser mujeres? Las órdenes de alejamiento y las medidas llevadas a cabo por el Sistema VioGén lamentablemente de poco sirven si no se dota a nuestras autoridades competentes y cuerpos policiales de los medios materiales suficientes. Si en una localidad con una determinada población existen tres policías para vigilar a cientos de mujeres con riesgo de ser agredidas, eso y nada es lo mismo. La violencia machista es la mayor lacra que padece nuestra sociedad, por lo cual las inversiones para garantizar la seguridad de las mujeres que la sufren deben ser lo más cuantiosas posible.
Hay gastos en el Gobierno que no son tan importantes y cuyos presupuestos serían suficientes para salvar varias vidas. Solamente hay que decidir y priorizar.