El caso Venezuela: un régimen para perpetuarse en el poder
OPINIÓN

En 1996 solía escuchar en Venezuela a las personas afirmar, ante la popularidad y auge de Hugo Chávez, que «Venezuela no es Cuba». Pues hoy, casi 30 años después, el régimen chavista ha perfeccionado al régimen cubano en cuanto a cómo perpetuarse en el poder.
Tras asumir Chávez el poder en 1999, empezó a instaurar un nuevo sistema de Gobierno donde él, y solo él, como máximo caudillo líder, impuso a su antojo las reformas, como por ejemplo una nueva constitución, con el único fin de crear los mecanismos legales para aferrarse al poder. A ello se le sumó la designación a dedo de las nuevas autoridades judiciales y sobre todo de militares y ex militares (generales, coroneles, capitanes, etcétera), que fueron colocados en altos cargos públicos tales como ministerios, embajadas, empresas o instituciones del Estado; por ejemplo, los directores de la agencia de noticias del Estado (Venpres) o de Correos (Ipostel). Es de resaltar que la inmensa mayoría de esos altos cargos colocados a dedo no tenían la más leve idea de cómo gestionar su nuevo puesto o empresa, con lo cual la corrupción campeó a sus anchas. Así se explica que, por ejemplo, Petróleos de Venezuela (PDVSA) sea una empresa en ruinas desde hace dos décadas.
Chávez supo amarrar a la alta cúpula militar, ya que muchos de esos altos cargos tenían importantes beneficios económicos y, por otro lado, se expandió la corrupción sin ningún tipo de control; con lo cual, si en un futuro había algún cambio de Gobierno, esos altos cargos militares se podrían ver enjuiciados por corrupción y, con ello, perder todos sus costosos lujos. Así que la alta cúpula militar, ante ese posible riesgo, siempre ha preferido seguir robando a manos llenas y defender a capa y espada al régimen chavista. Tras la muerte de Chávez, Nicolás Maduro siguió con la misma estrategia de mimar a la cúpula militar, fomentando aun más la corrupción dentro de las instituciones del Estado.
Otro aspecto a resaltar tras la llegada del régimen chavista fue la implementación de un nuevo sistema de votación, el cual consistió en utilizar la tecnología para el proceso de votación y escrutinio. Contrataron a dedo a una empresa para crear un soporte con un programa informático, con el cual se puede manipular a su antojo el resultado electoral. En todas las elecciones durante la época chavista, tras conocerse los resultados, la oposición había denunciado siempre el fraude. Lo vimos con Henrique Capriles, con Juan Guaidó y, ahora hoy, con Edmundo González. En todos esos casos, tras producirse el fraude, la comunidad internacional, tal y como ocurre hoy, condenó al régimen chavista. ¿Y cuál ha sido el resultado? El chavismo sigue en el poder, gracias al apoyo de sus principales aliados internacionales: Cuba, Rusia, Irán, Turquía y China. En el caso de Rusia, Turquía y China, en Venezuela tienen miles de millones de dólares invertidos en petroleo, oro, gas, y otros recursos estratégicos, por lo cual a esos países les interesa que el chavismo siga en el poder.
¿Cuál puede ser la vía para salir del chavismo en Venezuela? La electoral, siempre ha fracasado, gracias al fraude elaborado por el régimen. Otra vía sería la de las protestas pacíficas, pero desde hace dos décadas millones de personas se han manifestado en las calles y el régimen ha usado la fuerza bruta para reprimir con violencia a los manifestantes. Se ha perseguido, encarcelado, torturado y asesinado a opositores. A ello hay que sumar la persecución de medios de comunicación y empresas privadas que han cerrado y se han ido del país. Desde que llegó el chavismo, unos 7 millones de venezolanos, muchos de ellos opositores políticos, han escapado del país. Actualmente en el país hay más de 20 millones de personas, que el pasado domingo salieron de forma ejemplar y pacífica a votar con la esperanza, de que ocurriría el milagro, a sabiendas de que posiblemente se iba a producir un nuevo gran fraude electoral, tal como ocurrió en todos los anteriores procesos electorales bajo el chavismo. Hay quien hoy sigue creyendo que los militares, esos militares que viven cómodamente con la corrupción, puedan cambiar de bando. Hay gente que sigue creyendo que la comunidad internacional (OEA, Unión Europea, ONU, etcétera) puede influir, como lo ha hecho al denunciar el fraude electoral en anteriores elecciones; Hay personas, yo entre ellas, que creen que Nicolás Maduro, al verse acorralado, puede decidir escapar del país en un avión con destino a Cuba o Rusia, con las maletas llenas de dólares, tras ver las multitudinarias manifestaciones o protestas en suelo venezolano, reprimidas con armas y violencia por parte de los colectivos chavistas y las fuerzas militares del Estado.
Desde el pasado lunes se han producido manifestaciones y protestas en Venezuela, con el saldo lamentable de varios muertos. La inmensa mayoría de la gente no aguanta la idea de soportar otros seis años de Maduro en el poder. En las redes sociales, que no funcionan muy bien en Venezuela, ya que el régimen juega al apagón informático e informativo, las personas se comunican como pueden, y los rumores ahora apuntan a que Maduro podría dejar el país en 48 horas, gracias a la presión interna e internacional. Pero, lamentablemente, la realidad es que hoy existe un régimen que se ha montado un sistema para perpetuase en el poder, y ese régimen, con algunos de sus altos dirigentes, está dispuesto a usar toda la violencia posible para seguir en el poder. El dilema está en cuánto está hoy dispuesto el pueblo venezolano a defender en las calles lo que voto el pasado domingo. Y si Nicolás Maduro se marcha por las buenas o por las malas.