Conjuntivitis: mayor riesgo en verano

Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal AL DÍA

OPINIÓN

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17 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los ojos contienen entre un 90 y un 95 por ciento de agua. De hecho, el agua es tan importante para garantizar una buena salud ocular que su ausencia o la deshidratación pueden originar sequedad ocular, reducir la cantidad de lágrima y favorecer la aparición de patologías de la vista como el ojo seco.

Los humanos, al igual que los animales terrestres, y a diferencia de los peces que están en un medio acuoso, tenemos párpados para proteger nuestros ojos de las agresiones externas y repartir las lágrimas que generamos por toda la superficie ocular y evitar que nuestra córnea pierda su transparencia y perdamos la visión. Dicho esto, y ya en período estival, me gustaría poner el foco en la importancia de una correcta hidratación, así como en la prevención para evitar la aparición de una de las patologías más frecuentes en verano, la conjuntivitis.

La exposición continuada al sol y el contacto con el cloro de las piscinas y la sal del mar pueden secar e irritar los ojos, provocando la inflamación de la conjuntiva. Por tanto, cuanto menor contacto, menor posibilidad de contagio. Téngalo presente.

Para ello es muy recomendable el uso de gafas de bucear o de natación, para evitar el contacto directo con el agua; no llevar puestas las lentillas cuando uno se baña, ya sea en la piscina, en el mar o en el río, y emplear gafas de sol el mayor tiempo posible para protegerse del exceso de luz y radiación solar. Sobra decir que no se debe frotar o tocar los ojos sin tener las manos limpias ni compartir toalla, ya que algunos tipos de conjuntivitis son muy contagiosos.

Si a pesar de tomar medidas aparece, será necesario acudir al oftalmólogo para determinar de qué tipo es y poder pautar el tratamiento más adecuado ,ya que este dependerá del agente que la causa.

Existen tres tipos de conjuntivitis: alérgica, bacteriana y vírica. La primera de ellas suele desaparecer cuando el paciente deja de estar expuesto al agente que produce la alergia, si bien lavando el ojo con mucha frecuencia con suero salino —mejor si está guardado en la nevera— mejoraremos las molestias, al disminuir el porcentaje de alérgenos sobre la superficie ocular; la segunda debe tratarse con antibióticos, habitualmente gotas a aplicar en el ojo afectado, y la tercera suele desaparecer por sí sola sin necesidad de tratamiento, ya que los antibióticos no suelen ser efectivos contra los virus, aunque podemos mejorar sus síntomas administrando gotas antiinflamatorias y lágrimas artificiales.

De las tres, la conjuntivitis vírica es la más contagiosa, seguida de la bacteriana, por lo que será necesario extremar la higiene para evitar su propagación. En estos casos deberá evitarse el baño en la piscina, para preservar la salud ocular del resto de usuarios, y la aplicación de las demás medidas para impedir su transmisión.