Resistir no es gobernar, Sánchez

OPINIÓN

Pedro Sánchez, en la reunión del Grupo Parlamentario Socialista.
Pedro Sánchez, en la reunión del Grupo Parlamentario Socialista. Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

16 sep 2024 . Actualizado a las 19:02 h.

Yolanda Díaz lleva meses buscando su sitio en el panorama político. Su caudal político no para de menguar ante el giro ultraizquierdista de Pedro Sánchez, que le ha arrebatado a sus aliados casi todas las banderas más radicales. El desplome de Sumar, el artefacto político que pretendía aglutinar a la izquierda a la izquierda del PSOE, no para de estrecharse. Por los tiros propios en los pies —véase la polémica con Podemos, con los que comparten espacio y propuestas y apenas de distinguen por los decibelios de sus protestas— y por el permanente remedo de La vida de Brian y aquella desternillante escena en la que se sucedían las escisiones de los partidos que decían defender los intereses de Judea. Díaz ha participado en muchas de esas escisiones y refundaciones, pero sabe que está ante uno de los últimos trenes para evitar ser fagocitada por el PSOE. Por eso, aprovechó su vuelta de vacaciones para lanzar un órdago —en voz muy baja, eso sí— a Pedro Sánchez. «Resistir no es gobernar», avisó la ministra de Trabajo al presidente del Gobierno en una reinterpretación a la contra de una de las máximas de Camilo José Cela que rezuma por todos los párrafos del Manual de resistencia escrito para Sánchez por Irene Lozano: «El que resiste gana». Aunque ya sean casi más las derrotas que las victorias en el Congreso.

La contradicción no es nueva entre los socios. Es una más. Pero Pedro Sánchez no tardó ni 24 horas en enmendar la plana a su vicepresidenta. Lo hizo en la reunión televisada con su grupo de diputados y senadores, a los que les pidió diálogo y flexibilidad para cumplir con su promesa de agotar la legislatura. «Mi puerta está siempre abierta para quien quiera negociar», les dijo Sánchez a los suyos. Quizá olvidando que en esa puerta solo se atiende a Puigdemont y a Esquerra. A Vox ya los ha vetado por fachas. Y a Feijoo no lo llama desde hace más de nueve meses para que quede claro que no ha ganado las elecciones. Y da igual que se trate de política exterior que de migración. El muro sigue en pie para intentar mantener el puesto. No importa que no vaya a haber Presupuestos por segundo año consecutivo. Dicen Sánchez y María Jesús Montero que las comunidades y ayuntamientos perderán cinco mil millones. De lo que se dejarían con el cupo catalán, seguimos sin cifras. Pero la reflexión de ambos líderes obvia que entre esos supuestos perjudicados también hay muchos votantes progresistas. Que debe ser que importan menos. Mientras tanto, para distraer la atención, la Moncloa nos obsequiará hoy con otro plan de regeneración democrática mientras el presidente sigue sin responder a las preguntas de la mayoría.