Puigdemont aprieta, pero ¿ahogará?

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

Alberto Estevez | EFE

25 sep 2024 . Actualizado a las 13:27 h.

El jueves vuelve a ser el día más importante de la política en España. Como otros tantos que llevamos. Se vota el techo de gasto de los Presupuestos y la posibilidad de que estos sigan adelante o que de nuevo se caigan. Con ellos no caerá el Gobierno, aunque debería. Sánchez ya ha puesto un millón de vendas a la herida por la que está sangrando. El presidente ha dicho que se puede gobernar sin Presupuestos e incluso ha ido más lejos. Recuerden que afirmó que se puede llevar el timón sin poder legislativo. Ha puesto también a sus ministros a repetir como loros que no pasa nada si Puigdemont no les apoya el jueves. El sol saldrá al día siguiente y los cajeros seguirán funcionando. No habrá cargadores para los coches eléctricos. Renfe continuará siendo gratis, aunque todos los trenes lleguen con retraso. Muy ocurrente la campaña del PP que recuerda que Renfe se ha convertido en «Ten fe». España no va bien, va fenomenal. Da igual que la mayoría que sostiene a Sánchez sea el tetris más complicado de la historia política del país. La economía carbura, incluso para los que no carbura. Pero hay que decir que carbura con una sonrisa de oreja a oreja. Sánchez, adscrito a la vieja teoría de Isabel Pantoja de mostrar los dientes como si nada pasase, por muy mal que vayan las cosas.

El PSOE ha enviado este fin de semana a su fontanero mayor a arreglar en Suiza el asunto con Puigdemont. No sé sabe qué ha pasado. Aunque en realidad da igual. Con Puigdemont puede haber pasado cualquier cosa el sábado y otra distinta el domingo. Y hay tiempo a que suceda todo lo contrario a lo que haya dicho este jueves en el Congreso. Hablamos de un señor que se fugó de su amada Cataluña cuando era el president en el maletero de un coche. De un político que parecía que iba a dar la cara en Cataluña y que apareció para volver a desaparecer en otra farsa mayúscula. No tiene ninguna intención de entregarse ni de entregar sus votos. Sabemos que Puigdemont está apretando a Sánchez sin piedad. Pero la duda es si lo ahogará. ¿Culminará su ceremonia sádica con la enclenque mayoría de los socialistas y Sumar? La respuesta solo está en el interior de su cabeza. Míriam Nogueras es simplemente la voz que comunicará la decisión de Puigdemont. Junts en el Congreso es Puigdemont.

El político catalán tiene un problema. Puede apretar y apretar, pero no debe romper del todo. Él lo sabe. O pierde la extraordinaria posición de privilegio en la que lo situaron los últimos resultados electorales en España. Si rompe del todo y empuja a Sánchez a pulsar el botón nuclear de unos nuevos comicios en España, el Congreso podría traernos otras sumas diabólicas en las que igual Puigdemont no pinta nada. No le conviene perder la llave de la gobernabilidad de Sánchez. Al mismo tiempo, necesita seguir alimentando las teatrales actuaciones de los suyos para que los españoles notemos que quien tiene el mando del que está al mando es él, Puigdemont. Así tenemos a una sociedad abocada en tres días al abismo, al filo del acantilado con el que tanto disfruta el expresident: a Sánchez solo le da él cuerda. España parece vacilar.