En México no siempre sale el sol

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

Sáshenka Gutiérrez | EFE

07 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 1 de octubre Claudia Sheinbaum juró su cargo como presidenta de México. La primera mujer en hacerlo. «Es tiempo de mujeres», dijo. Y añadió: «Llegamos todas. Y lo digo porque no llego sola. Llegamos todas». Esa no es la verdad. Muchas de ellas se quedaron por el camino. Varios miles forman parte de los casi 200.000 fallecidos violentamente durante los seis años de presidencia de López Obrador. Otras no llegaron, simplemente, porque las ahogaron la desesperación y la miseria. Podría ofrecer las cifras de México. Las perspectivas económicas no son buenas. Pero qué importa. Lo importante para la izquierda es la ideología. Que se sepa que ellos son los que están del lado bueno de la historia. El resto son la hecatombe. Sucede en España, donde en los veinte últimos años ha gobernado catorce el «progresismo». Sin embargo, los problemas que no acaban de resolverse (desde la vivienda al paro) son siempre causados por la derecha. Parece una paradoja, pero es lo cierto.

Al México lindo de la señora Sheinbaum acudieron los nuestros. Nuestros compatriotas, digo. Estaban Bildu, Podemos, Sumar. Esquerra se disculpó por motivos de agenda (andan atareados en otros asuntos). Y cómo no, estaba también el BNG. Lo representaban su líder, Ana Pontón, y la eurodiputada Ana Miranda. No era una representación baladí o floja, sino muy cualificada. Una presencia necesaria. Debía quedar claro que al BNG le importa poco que se vetase la presencia del jefe del Estado en la toma de posesión de Sheinbaum. Incluso debía quedar claro que la negativa de asistir del Gobierno central tampoco parecía un obstáculo. Era el momento de señalar ante el mundo de qué lado están. Y lo expresaron de modo diáfano y transparente. Estas cosas no las recordarán en la próxima campaña electoral. Es mejor callarlas. Quizá los gallegos carecen de memoria. Quizá se vuelva a repetir la debacle de Gómez Besteiro con sus nueve diputados. Quizá esta vez puedan arañar algún voto más o potenciar de nuevo su idea motriz: Galicia es lo único importante. Sin embargo, uno tiene la sensación de que al BNG le importa también alinearse con Sumar, con Podemos o Bildu. Le importa más que parecer un proyecto moderado, galleguista, sereno, flexible e integrador. El pasado 18 de febrero, que yo sigo considerando el peor día electoral de la historia del BNG, los gallegos dijeron que preferirían otro BNG, aunque el BNG no lo haya entendido así. Pero son manías de un columnista que lleva años sin comprender cómo el nacionalismo gallego persiste en sus errores. Los de siempre. Los que no mudan con el paso de los años. Ir a aplaudir a Sheinbaum, cuando Sheinbaum ha despreciado al jefe del Estado, es una equivocación. Otra. Mientras tanto, el Foro Económico afirmaba que Galicia perdería 634 millones si se llevase a cabo el concierto con Cataluña. El cupo catalán que, con buenos ojos, contempla el BNG. En México no siempre sale el sol.