Fantasía y aventuras con un toque de piratas y la iconografía de Star Wars empapándolo todo. La mezcla podría haber desembocado en un revoltijo inconcreto y diluido, pero que el resultado de Tripulación perdida es, según los dos primeros episodios, una ficción divertida y familiar, perfecta para las inminentes vacaciones escolares. Mejor indicador habría sido mantener un título próximo al original, al estilo de Tripulación Calavera. Desde su arranque, la historia traslada al hiperespacio los clásicos del género de piratas y bebe sin disimulos de la iconografía de La isla del tesoro.
El comienzo presenta la más infantil de las propuestas recientes que cuelgan de la saga que alumbró George Lucas, pero también una de las más divertidas. El escenario del que parte es más moderno y de referentes cercanos, menos de arena de Tatooine y más urbanización americana con bus escolar en la puerta de casa y niños aburridos en clase con un droide como profesor. Con esta nueva incorporación a Disney+ es posible sacudirse el miedo a la decepción por no estar a la altura de la herencia recibida siempre que se acepte su premisa heterogénea, anclada en los homenajes a Los Goonies y a las películas de pandillas adolescentes que se ven propulsados a los peligros de tener que descubrir el mundo por sí solos. Aquí tienen toda una galaxia por delante.