Opacidad, nepotismo... lo habitual
Supongo que la elección del nuevo presidente de la Federación Española de Fútbol es más que correcta. Lo hace siguiendo los mismos fundamentos de reduccionismo, opacidad y nepotismo con que se vienen haciendo los procesos electorales en este deporte desde que yo recuerdo. El más turbio, el más indolente, el más grotesco, el más chulo es el mejor. ¿Pero cómo se puede elegir a un condenado, tan solo pendiente de su ratificación procesal? Quienes lo han hecho; quienes así han obrado hablan por sí solos. Debe ser que es lo que se lleva, con Trump a la cabeza. ¿De qué pasta está hecho el mundo del fútbol? ¿Qué torniquete es preciso aplicar, para evitar este desangrado de inmundicia en directivos y profesionales? El poder lo corrompe todo, y está claro que el fútbol no es la excepción. Enrique López.
Aletargados
Panem et circenses (pan y circo). Eso decían los romanos. Hoy en día cada vez menos panem pero más circenses. No hay más que ver u oír los noticiarios para percatarse de la actualidad convulsa; sin embargo la sociedad permanece impasible ante tal tragicomedia.
Nos entretienen con enfrentamientos desfasados de si esto es fascismo o lo otro es comunismo y mientras, normalizamos discursos llenos de verborrea pero vacíos de mensaje por parte de nuestros políticos, normalizamos la subida de precios inasequibles de bienes cotidianos como el combustible, la luz, el alquiler de la vivienda… ¿en qué momento hemos asumido sin rechistar pagar 14 euros por un litro de aceite de oliva?.
Es cierto que la subida de impuestos en los últimos años se ha visto marcada por circunstancias atípicas como la pandemia y las guerras, pero también por otras que ya comienzan a ser costumbre. La corrupción. Las acciones ilegales que se han destapado todavía llevan consigo el adverbio «presuntamente», pero… Parece que las riadas acontecidas en el levante han despertado del letargo a los ciudadanos. La población, aún somnolienta, comienza a atisbar la realidad que nos rodea. Ha pasado casi un mes desde la desgracia y la zona cero continúa lejos de ser lo que era. ¿Por qué ha tenido que ser la gente de a pie la que se pusiera manos a la obra? ¿De verdad se ha antepuesto la lucha de partidos a las vidas humanas? ¿Acaso no hay dinero suficiente para este tipo de situaciones? ¿Dónde están los millones que se recaudan?
Parece que el Gobierno tiene demasiados frentes abiertos. Esto no va ni de derechas ni de izquierdas, esto va de decencia. Con el notable desastre funcional de las instituciones y el desencanto generalizado por parte de la sociedad, me pregunto si llegado el momento el pueblo, vote a quien vote, habrá despertado lo suficiente como para exigir responsabilidades a todos los dirigentes implicados y para alzar la voz si las explicaciones dadas no son suficientes. Elena Fernández.
¿Para cuándo una calle para Ortega?
Conozco a gente que coincidió en su juventud con Amancio Ortega. También conozco a quien ha valorado su trabajo como empresario, y me cruzo con gente que estima las becas de su fundación, las ayudas a los afectados por las catástrofes y, sobre todo, la inversión en centros de tercera edad y aparatos de alta tecnología para la cura del cáncer. ¿Para cuándo una calle en A Coruña llevará su nombre? Marisa García.