De acuerdo con la encuesta de Sondaxe, la corrupción, con un nivel del 8,4 sobre 10, es el gran factor decisorio del voto en las elecciones. Así se comprende el esfuerzo que todas las organizaciones emplean en el «y tú más», cuando no se pueden ver libres de ello. También se explican estrategias de las organizaciones políticas, asociaciones coadyuvantes, e incluso autoridades policiales y gubernamentales en sus esfuerzos por combatir y denunciar esa lacra, con razón o con menos, incluso como estrategia electoral.
Probablemente la más sangrante ha sido la que se instrumentó cuando Podemos entró a formar parte del Gobierno. Fue el conocido como caso Neurona, pasado luego a Niñera, hasta quedar sobreseído. Resisten las que afectan a la «policía patriótica» del ministro Fernández, Villarejo por medio. Otras con sentencia, como las «ranas» de Esperanza Aguirre (Noli me tangere), sin olvidar Lugo, el Garañón (iniciado con denuncia anónima recibida por el PP), y las sucesivas detenciones de alcaldes por la jueza Lara, sobreseídas.
Causas de corrupción promovidas por la «acusación popular» de varias asociaciones junto el afamado sindicato Manos Limpias, absuelto de extorsión por el Tribunal Supremo, que trufan las denuncias estimadas por algunos jueces, incluso del Supremo con el procesamiento del Fiscal General del Estado por revelación de secretos (sic) y la acusación popular de una asociación de fiscales (APIF). También las sentencias degradando a generales de brigada —un ascenso motivado de libre designación por Consejo de Ministros—, a instancia de un coronel no ascendido, sin analizar los nombramientos en la judicatura. No parece que haya politización en la justicia, aunque la parálisis de cinco años del CGPJ sus objetivos tuvo. Lo mismo que las manifestaciones ante audiencias y juzgados con traje talar de algunos de sus miembros. Este uso y abuso del sistema de reglas en favor de los partidos es donde las democracias se enredan. Una portavoz oficial del PP dijo que «todos los recursos del Estado» los emplea Pedro Sánchez para «defender la corrupción» del propio Gobierno, del PSOE y de su familia.
La corrupción va ligada al poder. En España, de acuerdo con los catedráticos Alcalá y Jiménez, de la Universidad de Murcia, en Los costes económicos del déficit de calidad institucional y la corrupción en España (Fundación BBVA, 2018), dejará de haber corrupción cuando haya una Administración fuerte, independiente y eficaz. A causa de la corrupción se estarían dejando de recaudar un total de 60.000 millones de euros anuales. Alejandro Nieto, en un lejano 1997 (La Corrupción en la España democrática) dijo: «Los españoles sentimos que la corrupción nos rodea y no se entiende que esto suceda en una democracia con Parlamento vigilante, prensa libre y jueces independientes».
A la espera de los jueces, de Aldama, Ábalos o Koldo, y las acusaciones populares actuantes. Feijoo y la pereza. Bárcenas, ya en libertad condicional. «En sus conciencias queda», dijo Bolaños.