La España adormecida

Xose Carlos Caneiro
xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

23 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Recuerdo los Proverbios y Cantares de Antonio Machado: «Ya hay un español que quiere/ vivir y a vivir empieza,/ entre una España que muere/ y otra España que bosteza». Es la ratificación de que todo se repite. Hoy somos exactamente lo que hemos sido: la España agonizante (entre mentiras y trampantojos) y la España dormida, anestesiada, inerte. Claro que para consolarme me revuelvo hacia la sabiduría de Heráclito: «Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos».

No sé qué pensar. Y en ocasiones ya ni deseo pensar. Estamos viviendo una situación insostenible políticamente; y, moralmente, insoportable. La pasada semana el Supremo solicitó al Congreso el suplicatorio, la autorización, para investigar al diputado —aforado y, consecuentemente, con inmunidad parlamentaria— José Luis Ábalos.

La Cámara tendrá sesenta días naturales para responder. El partido de Ábalos, el PSOE, ya ha dicho que votará a favor. La oposición, también. El Supremo, pues, podrá investigar al que fue mano derecha de Pedro Sánchez, número dos del partido y ministro mayor. Ábalos también fue el diputado que defendió la moción de censura de Sánchez contra Rajoy. ¿Cómo olvidar aquella intervención plena de buenos deseos? El que sería nuevo presidente se comprometía no solo a limpiar todo atisbo de corrupción, sino de hacer de la transparencia la piedra angular de su política. Es la España que muere mientras el absurdo crece: Ábalos ha denunciado a la Guardia Civil y la Guardia Civil no encuentra ni un solo mensaje en el móvil del Fiscal General en los días de la filtración del «asunto novio Ayuso». Literalmente: cero mensajes pertenecientes a cualquier tipo de aplicación de mensajería instantánea en el período analizado que comprende entre el 8 y el 14 de marzo del 2024. ¡Inaudito!

Ábalos y Sánchez eran uña y carne. El exministro será investigado por cuatro delitos: pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y cohecho (soborno). No son delitos menores. En cualquier democracia, los hechos relatados conducirían a la dimisión del presidente del Gobierno. Aquí miramos para otro lado. No solo el PSOE, lo entiendo. Sino aquellos que votaron a Sánchez en el año 2018. ¿Qué dicen Sumar, Podemos? ¿Qué dice el noble PNV? ¿Y el honradísimo Bildu? ¿Qué dice nuestro BNG? Nada. Callan. Y entre tanto silencio, calla también el pueblo. Es la España silente, la que bosteza. La España adormecida que a mí ya me quiebra las entrañas.

A los católicos nos queda el perdón, la indulgencia, que son pilares del hombre y del Dios que nacerá de nuevo pasado mañana. Sé que esto a muchos les sonará anacrónico. Sin embargo, entre la España de Sánchez y la España católica, yo elijo la segunda.

Y escribo Feliz Navidad de todo corazón y con todo el corazón. Despertemos. Nazcamos de nuevo. España no puede seguir más tiempo adormecida.