Trump: el eslabón entre política y tecnología

Jesús Benítez AL DÍA

OPINIÓN

SHAWN THEW / POOL | REUTERS

22 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La toma de posesión de Donald Trump señala un fenómeno que podría estar definiendo un cambio de época: la profunda conexión entre política y tecnología. La carrera presidencial de Trump estuvo marcada desde su inicio por este fenómeno, que conviene observar ante el ciclo electoral europeo que se inicia con los próximos comicios en Alemania.

El primer hito se remonta al 2016, justamente cuando Trump accede a la presidencia. Recordemos que esta victoria estuvo asociada a la explotación ilegítima de datos de usuarios en redes sociales para influir en la opinión pública en el conocido como caso Cambridge Analytica, asociado también a la victoria del brexit. Las redes sociales tuvieron su protagonismo asimismo en el fracasado intento de reelección en el 2020, marcado por acusaciones de sesgo progresista en plataformas como Twitter y Facebook vinculadas al intento de deslegitimación de la victoria de Joe Biden y el consiguiente intento de insurrección en el Capitolio. Y, también en la última campaña, las plataformas digitales jugaron un importante papel, si bien en sentido distinto. Twitter, ahora bajo el control de Elon Musk y rebautizada como X, junto al Facebook de Marc Zuckerberg, ahora transformada en Meta, parecen haber modificado su postura, favoreciendo indirectamente el retorno de Trump al poder. Al apoyo de estos gigantes tecnológicos se ha venido a sumar Jeff Bezos, propietario de Amazon y del influyente Washington Post, cuyo equipo editorial no pudo respaldar a la candidata demócrata, Kamala Harris. El cambio de postura de Trump, desde el enfrentamiento a la colaboración, pudo verse de forma incluso más llamativa en el caso de TikTok. Señalada durante la Administración Biden por su supuesta conexión con el Partido Comunista de China, acabó siendo restaurada, apenas horas después de su suspensión, gracias al apoyo explícito del nuevo presidente.

Pero la relación de Trump con el ámbito digital va más allá de su rol de intermediación en la configuración de la agenda política, tal y como puede observarse en la iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Este organismo, aún en definición, busca implementar reformas en la administración pública mediante un modelo que combina tecnocracia y minarquía, bajo el liderazgo de los mismos magnates que han influido en el entorno mediático.

La evolución del papel de la industria tecnológica bajo esta administración ofrecerá lecciones clave para Europa, donde, aunque no existe un equivalente a estos magnates, sí se observa la creciente influencia política de las redes sociales. A ello se suma el desafío que representa la emergencia de China como un actor alternativo al dominio tecnológico estadounidense, un tema que Europa no puede ignorar. La Administración Trump parece consolidar un modelo donde la tecnología y la política se entrelazan de manera irreversible, marcando un precedente de implicaciones globales.