Carta a mi abuela Nucha

OPINIÓN

Una abuela cuidando de su nieto en un parque de Viveiro
Una abuela cuidando de su nieto en un parque de Viveiro Pepa Losada

26 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A veces no decimos las cosas tanto como deberíamos, pero hoy quiero que lo tengas claro: te admiro profundamente. Eres un ejemplo para todos nosotros. Después de haber superado algo tan doloroso como la pérdida de un hijo, ahora la vida te pone otra prueba con la enfermedad de tu marido, el Alzheimer junto con la demencia vascular. Y tú, como siempre, estás ahí, sin rendirte, con tu amor, tu fuerza y esa capacidad de enfrentarlo todo. Día tras día te veo luchar, y no puedo dejar de maravillarme con todo lo que haces. Me impresiona tu fortaleza, cómo organizas tus días, cómo sacas fuerzas de donde parece que no las hay, y cómo, incluso en los momentos más duros, sigues siendo tú misma, marcando tus límites y cuidando también de ti. Es algo que admiro muchísimo y que me inspira profundamente. Ojalá, cuando llegue a tu edad, tenga la mitad de la fuerza, las ganas y el amor que tú pones en cada cosa que haces. Eres un ejemplo de vida y estoy muy orgullosa de ser tu nieta. A veces, aunque no lo digamos tanto como deberíamos, quiero que sepas que todos lo sentimos: eres un pilar en esta familia, nuestro ejemplo a seguir. Nos enseñas cada día que el amor verdadero está en los actos, en los pequeños detalles y en los grandes sacrificios que haces por los demás. Gracias por todo lo que haces, por tu cariño incondicional, por tu fortaleza y por ser la persona increíble que eres. Nunca dejaremos de aprender de ti, abuela Nucha. Silvia Fernández. Valdoviño.

58 razones

Mamá, tú que eres el ejemplo, el espejo, el apoyo, la comprensión, el sostén y la calma; nos has dado la vida, nos has regalado la tuya y nos has guiado para vivir la nuestra sin esperar una recompensa. Nunca hay palabras suficientes para describir el sentimiento hacia una madre: no es orgullo, no es admiración, no es satisfacción… El sentimiento es tan grande como el universo; se transforma en materia y se aloja en la vena principal de nuestro corazón volviéndose el motor de nuestra existencia. Verte, tenerte, escucharte, estar a tu lado, poder disfrutarte y apoyarnos en ti es un regalo ínfimo en comparación con el que tú nos has dado, ser nuestra madre. Gracias a todas las madres que entregáis vuestra vida a la fortuna, sin miedo y con pasión, y que hacéis que nuestro motor siga engranando perfectamente. Gracias por el esfuerzo, la dedicación, el perdón infinito y la paciencia desbordante con la que siempre estáis ahí, llevándonos de nuevo a vuestro vientre y meciéndonos con vuestro sonido rítmico. Devolviéndonos a nuestro hogar. Podríamos nombrar 58 razones por las que quererte, por las que eres la mejor, pero solo hay una palabra que tenemos clara: GRACIAS. Así, con mayúsculas. Gracias por ser nuestra , por levantarte cada mañana para devolvernos a la vida y por hacer de esta misma una palabra repleta de amor incondicional. Estamos muy orgullosas de ti. ¡Muchas felicidades, te queremos y siempre seremos tus pollitos. M, N e I. Lugo.