Un entrenador de un equipo de Segunda RFEF acaba de hacerse viral (y probablemente también bacteriano). Asegura que la Tierra es plana. Sostiene que la Primera y la Segunda Guerra Mundial no existieron, son un engaño. Cree que se «tiende a magnificar la potencia de las mentes del pasado» como Kepler o Copérnico: «¿Quién te dice a ti que yo no soy más listo que Kepler?». Según él, todos vivimos en una gran tiranía que hunde sus raíces en el mismísimo Imperio romano. Necesita pruebas de que la Tierra es redonda. En esta cuestión, al parecer vio la luz gracias a unos youtubers que saben cosas, como diría Rajoy. Pues bien. Ya que presume de sus viajes, que emprenda uno nuevo. Que camine y navegue sin mirar atrás. Hasta que alcance el borde. Y entonces, cuando se asome a la nada, que suba un vídeo a TikTok para contárnoslo y que se lo envíe a los de la Estación Espacial Internacional y a los de la NASA para que acaben por fin con esta farsa. Aunque, para montaje, lo de Auschwitz, Dresde, Hiroshima y los cementerios de Normandía.
Para aportar más coherencia a su discurso, este señor dice a las jugadoras del fútbol femenino «que se paguen la fiesta» sin subvenciones. Pero en la misma intervención celebra que la Supercopa se dispute en Arabia Saudí porque, gracias a esos petrodólares, «el fútbol de abajo se sostiene y, si quitaran eso, sería catastrófico».
Con ese desparpajo, si este espadachín del bulo tuviera el dinero o el poder suficiente, habría sido invitado a la ceremonia de investidura de Donald Trump.
No. No hay que ser un genio para ver que el tipo no es más listo que Kepler. Como tampoco lo somos la gran mayoría.