Trump y su visión de Israel sin palestinos

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Avi Ohayon / Gobierno israelí | EFE

06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Le gusta ser el centro del foco mediático, de eso no hay duda, y, ahora que ocupa la presidencia de los EE.UU., tiene a su disposición la mayor plataforma de difusión del mundo, lo que le garantiza un protagonismo absoluto hasta el fin de su mandato. Es, además, una persona que actúa por impulsos, inspirado por un instinto depredador sin filtros y sin reflexión previa. Es por ello que, cada vez que comunica una idea o un plan, el mundo contiene el aliento. Preocupados como están la mayoría de los gobiernos por el uso de los aranceles como medio de presión para alcanzar su objetivo de «América primero», pocos anticipamos su siguiente movimiento en Oriente Próximo. De hecho, la mayoría estaba convencida de que, dada su trayectoria y su animadversión a la guerra y su obsesión por recortar gastos, intentaría traer de vuelta a todas las tropas norteamericanas que todavía quedan en la región; pero no, su plan es otro.

Donald Trump tiene una caja registradora en el cerebro y cemento de construcción circulando por sus venas. Para él, el mundo es como un gran solar donde edificar su visión: grandes y lujosos rascacielos o mansiones opulentas solo asequibles para los más pudientes. Así que, cuando vio las imágenes de la desolación en Gaza, donde prácticamente casi todo está arrasado, no tardó en calcular los beneficios que supondría reconstruirlo. El único obstáculo a tan brillante plan son los dueños de la propiedad, que, de manera obstinada, se niegan a abandonar el erial pese a lo lamentables que son sus circunstancias. Así que se le ha ocurrido que la mejor opción es trasladarlos a otro lugar, donde alojarlos para que no molesten más.

Obviamente, este traslado viola infinidad de leyes del derecho internacional y vulnera los derechos de la población palestina, pero eso a él no le preocupa, está convencido de que con dinero y con el uso de la fuerza logrará convencerlos. Y Netanyahu, que ha calificado la idea de ingeniosa, y los más extremistas israelíes se frotan las manos: el sueño de un Israel sin palestinos podría estar cada vez más cerca.

Sin embargo, esta no es una idea nueva. Ya a comienzos del siglo XX, cuando se estaba estudiando qué hacer con los judíos que huían de los pogromos en Rusia, se barajó la posibilidad de trasladarlos a Uganda. Ya sabemos que no funcionó, como tampoco la opción de dos Estados. Casi 80 años después de la creación del Estado de Israel puede que comience el cambio de la configuración de Oriente Próximo y el inicio de una nueva historia, o no.