Venciendo la resistencia del público

Miguel Anxo Fernández

OPINIÓN

miguel angel molina | EFE

08 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La taquilla todavía no responde a la calidad que el cine español luce desde hace un tiempo, pero algo comienza a moverse en torno a los filmes Goya para congraciarse con un espectador que en ocasiones no tiene oportunidad de verlos en salas —no todas las poblaciones disponen de ellas— o bien los exhibidores no los consideran fiables. Algunas plataformas ofrecen estos días bastantes de los títulos nominados, e incluso algún circuito potente —caso de Cinesa— las repescan alternando con varias aspirantes al Óscar, aunque estas gozan de mejor acogida popular, al llegar, en su mayoría, apadrinadas por Hollywood. Cierto que la marca Goya ya está consolidada en lo mediático, y cierto también que, lentamente, nos vamos congraciando con el cine propio, que lo hay muy bueno, no seamos ni cainitas ni cenizos.

Hubo un tiempo —no tan lejano— en que la política de las dos Españas satanizó a los peliculeros poniéndolos de rojetes y de peseteros para arriba. Y, aunque la idea de industria coquetea más con el producto charcutero —léanse los productos Segura y los apoyados por las teles privadas, que van a lo fácil, a engordar caja y es la opción preferida por los empresarios y el gran público—, lo cierto es que, en cuanto a obra de autor, lo estamos petando. Una rápida ojeada a la lista de aspirantes —es inevitable lamentar varias ausencias— así lo confirma, y ahora solo falta que nos lavemos el coco y entendamos que se trata de nuestro cine o, si lo prefieren, del cine nuestro. Desprendamos la resistencia.