Un incesto mejor que una adúltera

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

12 feb 2025 . Actualizado a las 09:51 h.

Hay un rasgo que comparten los censores del mundo, que es la estupidez. No hablo de los grandes estrategas de la tijera, exquisitos a la hora de administrar la información y la cultura para mantener a la gente en la frecuencia deseada, sino de los encargados de aplicar los delirios recortadores, tantas veces cocidos en su propia cretinez. El ejemplo canónico de esta propensión a la idiocia de quien ve referencias libertarias debajo de todas las alfombras es el de Mogambo, la película dirigida en 1953 por John Ford, en la que Grace Kelly y Donald Sinden representan a un matrimonio de safari por África con las indicaciones sudorosas de Clark Gable. La película llegó a la España terrorífica de los cincuenta y desde la junta superior de censura cinematográfica se determinó que el interés sexual de Kelly hacia Gable era incompatible con un matrimonio católico en una época en la que la infidelidad femenina se pagaba con algo más que una crisis de pareja. Así que la mente privilegiada del censor convirtió a Kelly y Sinden en hermanos. Mejor un incesto que una señora adúltera. Unos años después, en el 59, se calificó para adultos La gran aventura de Tarzán, con Gordon Scott como rey semidesnudo de la selva. Un despliegue cárnico que perturbó de tal manera a quien empuñaba la tijera que determinó: «La admiración física hacia el arquetipo masculino puede dañar psíquicamente a los adolescentes poco diferenciados, acentuando su complejo de timidez o de angustia sexual, desviando peligrosamente su atención de la sexualidad femenina». Es fácil deducir qué pasaba aquí.

Esta semana, policías con afanes similares arrasaron la librería Educational Bookshop, un referente de cultura e integración en Jerusalén. Se llevaron, entre otros, un libro de Chomsky, otro de Banksy y un tercero infantil para colorear. Efectivamente, tiempo de idiotas.