«Aliviar a dor con medicamentos que soamente calman momentaneamente paréceme unha broma»

OPINIÓN

M.MORALEJO

20 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Dor mientres se agarda pola cirurxía

A miña nai sofre dunha doenza crónica que afecta gravemente á súa calidade de vida e que, segundo os médicos e o diagnóstico, só ten unha solución: a cirurxía. Con todo, e a pesar de que a súa dor é diaria e incapacitante, leva meses atrapada nunha interminable lista de espera do Servizo Galego de Saúde. Esta situación están a sufrila moitas máis persoas. Aliviar a dor dunha persoa que acude desesperada con medicamentos que soamente calman momentaneamente a dor paréceme unha broma, cando a solución é unha operación.

A sanidade pública galega, da que tantos nos sentimos orgullosos, sobre todo polo seu persoal altamente capacitado, atópase nun estado burocrático e de administración altamente preocupante. A falta de recursos e persoal e de planificación no Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo está a provocar que moitos pacientes, como a miña nai, vexan as súas vidas condicionadas pola dor e a desesperación. Mentres tanto, o tempo pasa e a súa situación empeora, sen que poida recibir o tratamento que precisa con urxencia.

Cal é a solución? A sanidade privada? A autocrítica? A solución é darlle o servizo necesario ás persoas que o necesiten, e deixarse de dar números que non son realidade. Gabriel Lezcano.

La ley del más fuerte

El nuevo tirano salido de las urnas se llama Trump. Además de pretender un balneario americano en Gaza, donde Netanyahu ha sembrado el terror, quiere colonizar Ucrania. Y con ese fin tiende la mano al genocida Putin. ¿Y qué hace Europa para parar al Atila negociador? Reunirse en Francia para ver cómo Trump y Putin, con la ayuda de los amigos árabes —esos angelitos de embajada— deciden repartirse el territorio y la riqueza de la invadida Ucrania. Zelenski no cuenta y Europa tampoco. La ley del más fuerte, el tirano dictador que pretende comerse el mundo. Y ya veremos qué hace Europa, además de salir en la foto. Porque, mal que les pese a nuestros mandatarios, la ley del más fuerte asola Europa. Xiana del Cabo.

Casa

Decir casa puede ser decir cualquier cosa. Puede ser cuatro paredes y un techo, claro, pero también todo lo que pasa dentro. Es el sitio al que vuelves después de un día largo o el lugar del que quieres salir corriendo. Puede ser un abrazo que te calma o una puerta que se cierra demasiado fuerte. A veces es calor de hogar, y otras solo un espacio donde duermen las rutinas. Casa puede ser el olor a comida que te recuerda a alguien, las peleas tontas en la sala o las risas que se quedan flotando en el aire. Es ese sitio donde te sabes cada ruido, cada grieta en la pared, pero también puede ser un lugar en el que te sientes extraño aunque lleves años ahí.

Para unos, casa es donde están los suyos, para otros es un recuerdo borroso o un sitio que no encuentran. Porque casa no siempre es una dirección, a veces es una sensación. Ese momento en el que puedes soltar el peso, respirar tranquilo y sentir que, por fin, estás donde debes estar. Silvia Fernández Rodríguez. Valdoviño.

El amor

En mi pueblo hay mucho amor. Pero hay una pareja que llama la atención, porque caminan un día sí y otro también por las calles y plazas de Cambados, cogidos de la mano, como si fueran unos adolescentes enamorados. A simple vista da impresión de que los dos están ya jubilados, de lo contrario no caminarían todos los días parsimoniosamente por el pueblo. Lo curioso es que no se sientan en un bar o una cafetería, lo suyo es demostrar ante los vecinos lo grande que es el amor entre ellos; no se separan ni un minuto y sus manos entrelazadas quieren demostrar lo potente y profundo que es el cariño que se tienen. Todo un ejemplo a seguir. Joaquín Gil de la Peña. Cambados.