«El deporte que debería unir se convierte en un campo de batalla donde se pierde el respeto, la razón y, a veces, incluso la vida»

OPINIÓN

MARTINA MISER

26 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Deporte de riesgo

Un partido. Un evento que, en teoría, debería ser una celebración, un momento de pasión y disfrute. Pero, en lugar de eso, se convirtió en el escenario de una tragedia innecesaria e irreparable. Cuántas veces hemos visto cómo la rivalidad se convierte en violencia, cómo el deporte que debería unir se convierte en un campo de batalla donde se pierde el respeto, la razón y, a veces, incluso la vida. Nos hemos acostumbrado a los insultos en las gradas, a los enfrentamientos, a la agresividad, como si fuera parte del espectáculo. Como si fuera normal. Pero no lo es. Y no debería serlo.

Una familia llora una pérdida que no debió ocurrir. No por una jugada, no por el resultado, sino por la falta de control, por un arrebato que terminó con una vida. Y es inevitable preguntarse: ¿realmente vale la pena? ¿Vale la pena llevar la pasión hasta el punto de olvidar que al otro lado hay personas, que hay límites que no se pueden cruzar? El deporte debería ser emoción, no violencia. Competencia, no agresión. Pero, sobre todo, debería ser un espacio donde nadie tenga que morir por un empujón. Silvia Fernández Rodríguez. Valdoviño.

Zapatero descalzo

El expresidente del Gobierno Rodríguez Zapatero representa como ningún otro eso en lo que se ha convertido el PSOE: una multinacional donde los intereses del partido son el programa que sirva a fin de mantenerse en el poder. Tras el papelón de su mediación en Venezuela, su partido le entrega la mediación con Puigdemont. El precio que los españoles hayamos de pagar al fugado será a buen seguro uno de los episodios más tristes (y caros) en la intrahistoria que vive el otrora partido de la izquierda. No hay aguja para tanto roto y las ruedas de prensa tras los Consejos de Ministros son una farsa. Entre sonrisas patéticas y bien pagadas asistimos al expolio de la credibilidad y la justicia del oficio político. Nunca tan pocos habían robado a tantos la posibilidad de creer y confiar en la profesionalidad y honestidad de nuestros representantes. Si ese es el precio, será un pésimo negocio. Juan C. Mella. A Coruña.

Auge de animales de compañía

Cada vez vemos en las calles más perros, olfateando y dirigiendo a sus amos hacia lo que les interesa, máxime cuando ven otros de su especie, para trabar amistad o pelearse a ladrido pelado. Los dirigentes han planificado mal el ritmo de nuestra propia procreación. Esta generación es la que, con menos descendientes, adopta más animales de compañía, presentes en el 48 % de los hogares. Martín Sagrera.