
El día en el que Oriol Junqueras y María Jesús Montero irrumpen casi al alimón informando sobre la prórroga del Desgobierno Sánchez, perdón, sobre el acuerdo de la quita, la carcajada de Pedro en Kiev llega hasta el río Manzanares. Si no suenan las sirenas es porque el ataque es solo de risa. En la foto, junto a la dentadura de anuncio del presidente español aparecen sus homólogos de Ucrania, Letonia y Finlandia. El tema que a los estadistas les ocupa es serio, pero qué sería del ser humano si, entre tanta tragedia, no hubiese momentos de distensión. Hay quien verá en la risa de Pedro un mensaje a los agoreros que todas las semanas anuncian su caída. No es necesario leer sus libros para saber que Pedro va a aguantar. Cueste lo que cueste. Haya que extender los cheques que haya que extender. Pedro no se va a desviar ni un milímetro de su objetivo. Seguir. Seguir, riéndose. Al hombre hay que reconocerle que lo hace como nadie. Que su carcajada no tiene rival.