
La hemos escuchado miles de veces y la hemos repetido otras tantas, pero no siempre sabemos el origen de lo que decimos. La expresión «Tienes más cuento que Calleja» es popular en nuestro idioma porque hubo un Calleja, que no se llamaba Jesús, pero tenía mucho cuento. En realidad se llamaba Saturnino, vivió a finales del siglo XIX y conocía muy bien el arte de la encuadernación que había aprendido de su padre. Saturnino era de Burgos y fundó la editorial Calleja, que centró en la educación infantil con cuentos adaptados de los hermanos Grimm, de Hans Christian Andersen, pero también propios, porque Saturnino Calleja era cuentista y escribía para educar divirtiendo a los más pequeños. Sus cuentos fueron tan famosos, además de baratos e ilustrados con viveza, que llegaron a muchísimas casas y colegios no solo de España sino también de Latinoamérica. De ahí que la expresión tener más cuento que Calleja tuviera en origen esa relación real. Ahora se usa, como expresa el diccionario de la RAG, con el sentido de ‘ser quejicoso o fantasioso, exagerando lo que afecta particularmente’. Y es ahí donde Jesús Calleja, nuestro astronauta breve, encaja a la perfección. Porque el cuento de este Calleja ha sido mucho, vistos esos cinco minutos que resultaron ser un bluf para los que se pegaron a la tele. Tal vez ahora la expresión coja otro vuelo y se asocie a Jesús Calleja por su espectáculo, pero ese ya sería otro cuento.