Escándalos de diseño

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

Javier Lizon | EFE

01 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía no hemos llegado a los cuarenta días del Gobierno de Trump y ya parece que todo gira en torno a él. Todo lo malo, al menos. Ha perdido popularidad, aunque sigue manteniendo índices de aprobación muy por encima de los que obtuvo en cualquier momento de su anterior mandato. Sus medidas gozan de aceptación general hasta que afectan a las personas. La motosierra aplicada al empleo público, por ejemplo, o los recortes presupuestarios descomunales para fines extravagantes ya impactan a muchos estadounidenses. Sobre todo a los demócratas, que parecen desaparecidos o atrapados en la lamentación mientras la tormenta arrasa con sus estructuras.

Sigo sin entender, sin embargo, esa pulsión trumpiana al escándalo gratuito. ¿A qué responde el infamante audiovisual sobre la nueva Gaza que han lanzado esta semana? ¿Qué necesidad había de semejante inmoralidad que, sin duda, iba a disgustar a casi todos, salvo a sus bases más radicales? ¿Por qué esa insistencia en saludos casi nazis, no generalizados pero cada vez más frecuentes, que solo pueden enardecer a ese mismo sector?

Algunos dicen que es su forma de ocupar el espacio público: que se hable de él y de sus maniobras, aunque sea mal, para no dejar margen a la recuperación de los ahora irrelevantes demócratas. Para otros, se trata de una distracción, aunque no sé de qué. ¿De los papeles de Epstein, que siguen sin desvelarse?

Los republicanos están a años luz —casi en las antípodas— de las ideas nazis. ¿Han votado esto?

Mientras tanto, aquí hemos alcanzado los tres millones de empleados públicos esta semana y se ha confirmado que seguimos dedicando decenas de miles de euros de impuestos a costear prostitutas de lujo. ¿Hemos votado esto?