Okupas

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

LOLITA VÁZQUEZ

05 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a la indignación que nos produce la okupación, paulatinamente lo empezamos a ver casi con normalidad. Es un tributo más con el que hay que convivir en esta sociedad en la cual todo vale. Poco importa si nos hallamos ante un delito de allanamiento de morada o de usurpación. Eso tendrá relevancia para los juristas, pero para los que no lo son lo único importante es que se ha ocupado la casa en la cual uno ha invertido los ahorros de toda la vida. Y aún encima hay que soportar el desdén con que te hablan y amenazan los okupantes, ya que se sienten amparados por una ley absolutamente inoperante. Al final acabas echándoles, después de uno o dos años de litigios, tras encontrarte con la casa destrozada y unos gastos de abogados y procuradores que afrontar. Y un miedo en el cuerpo que no te lo logrará quitar nadie por muchos años que sobrevivas a semejante kafkiana situación.

¿Cuál es el problema? Que los que han hecho de esta forma de vivir en casa ajena algo habitual, muchos se siguen sentando próximos a los que se encuentran en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Y a estos no les interesa legislar para poder poner a estos individuos de patitas en la calle en el mismo día. Que sería lo normal.