Insultos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

08 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El empleo de los términos idiota, imbécil y débil mental en un documento de la Administración pública argentina ha causado gran revuelo. Con el tiempo, esas voces han adquirido una carga peyorativa de la que carecían inicialmente. Hoy, muchas personas conocen esas palabras y otras parecidas solo como insultos.

El diccionario de la Academia le pone a idiota la nota de «usado también como insulto» y registra, entre otras, la acepción «que padece idiocia». La Academia Nacional de Medicina ignora en el suyo idiota y desaconseja el uso de idiocia por considerarlo peyorativo. «Actualmente —añade—, ha sido sustituido por discapacidad intelectual profunda en los ámbitos normativo, médico, educativo y divulgativo». Tiene un planteamiento similar sobre imbecilidad, en cuyo lugar emplea discapacidad intelectual moderada. También desaconseja los sinónimos deficiencia mental moderada, oligofrenia moderada, retardo mental moderado, retraso mental moderado y subnormalidad moderada. Rechaza debilidad mental, que sustituye por discapacidad intelectual leve.

Una palabra representativa de la evolución de este tipo de términos es cretino, que más de una vez oímos emplear antaño a algún profesor dirigiéndose a un alumno. De ser la ‘persona que padece cretinismo', su uso peyorativo lo ha convertido en ‘estúpido, necio'. El cretinismo es un síndrome causado por una insuficiencia tiroidea congénita. Cursa con discapacidad intelectual, enanismo, macrocefalia, disgenesia epifisaria y bocio. Cretino surgió primero en francés, como crétin, en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de la forma dialectal crestin, empleada en el cantón suizo del Valais para decir chrétien ‘cristiano'.

Cretinismo y cretino llegaron al español a mediados del siglo XIX. En 1861 les presta atención Pedro Antonio de Alarcón en De Madrid a Nápoles...: «Los cretinos (a quienes ya hemos aludido una vez al hablar del goitre o papera que tanto abunda en Saboya) son unos desventurados hijos de Dios, afectados de una doble enfermedad moral y material, endémica de este cantón suizo y de algunos otros húmedos y profundos valles de Europa». No tardó cretino en convertirse en afrenta.

Muchos sustantivos que nombran a quien tiene alguna discapacidad o diversidad funcional y evolucionan a injurias suelen ser sustituidos por otros nuevos, pero tarde o temprano también se los apropian los insultadores. Por ahora, lo único que contiene a estos son las denominaciones pluriverbales, de poca fuerza expresiva.