Apuesta por tu futuro: la vejez

Vânia de la Fuente-Núñez EXPERTA INTERNACIONAL EN EDADISMO Y EN ENVEJECIMIENTO SALUDABLE, AUTORA DEL LIBRO «LA TRAMPA DE LA EDAD»

OPINIÓN

MARCOS MÍGUEZ

12 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 3 de abril se hizo una apuesta histórica por tu futuro; una apuesta por la vejez. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución que pone en marcha la redacción de una convención para proteger los derechos humanos de las personas mayores. Esto puede parecer lejano y técnico, pero para España y para cada uno de nosotros es profundamente personal. Esta nueva convención puede ser la clave para que por fin podamos disfrutar de una vejez digna.

Algunos pensaréis: ¿y esta convención para qué servirá? Es lógico asumir que los derechos ya están garantizados a lo largo de toda la vida. Al fin y al cabo, se supone que los derechos humanos son inherentes a todas las personas por el simple hecho de ser humanas. Pero lo cierto es que no es así. Al llegar a la vejez, muchos derechos se ignoran o se vulneran sistemáticamente, como si las personas mayores solo fuesen mayores y no personas, y por tanto dejasen de merecer la plena garantía de sus derechos.

En el entorno sanitario, la edad se usa, de manera injusta, para normalizar determinados síntomas como propios de la edad o para limitar el acceso a determinados recursos sanitarios como prótesis, máquinas de diálisis o programas de rehabilitación. En el ámbito laboral, la edad sigue siendo el principal factor de acoso y discriminación. Con demasiada frecuencia, los perfiles de mayor edad son descartados en procesos de selección, despedidos en épocas de vacas flacas y excluidos de programas de formación. En este país, las personas de 50 años o más representan el 30 % del total de desempleados y la mitad del paro de larga duración. A esto se suma la creciente digitalización de los servicios públicos y privados, que está dejando atrás a muchas personas mayores afectadas por la brecha digital, privándolas injustamente de servicios básicos. Y no olvidemos una realidad aún más silenciada: el maltrato y la violencia en la vejez. A menudo invisibilizados, estos abusos ocurren tanto en entornos familiares como institucionales, con una atención a las víctimas que, en muchos casos, resulta insuficiente o inexistente.

Una convención internacional obligará a los gobiernos a asumir la responsabilidad legal de garantizar estos derechos en la vejez. Para España, donde ya viven casi 10 millones de personas mayores de 65 años y donde se prevé que en el 2050 la mitad de la población tendrá 50 años o más, esto no es solo una cuestión legal; es una cuestión de justicia cotidiana. Afortunadamente, España ha respaldado esta resolución y tiene ahora la oportunidad de asumir un papel de liderazgo en la redacción de la convención. Ha llegado el momento de garantizar que los derechos no caduquen con la edad. Es hora de construir el futuro, y cuanto más joven seas hoy, más te juegas en él, porque tienes más probabilidades de tener una vejez larga en la que verás y sentirás el impacto de lo que se decida en los próximos años.