Trump ha demostrado ser una persona de comportamiento errático (impredecible), que está diciendo que va a hacer y luego se retracta, aunque solo sea por 90 días, como ha ocurrido con los aranceles. La imposición de estos ha provocado cuantiosísimas pérdidas en las bolsas de todo el mundo. Por eso Trump es un parvo de gran calibre y un depredador de la economía, por desatar la guerra comercial con aranceles disparatados.
A pesar de todo, Trump, parvo no es. Lo está demostrando al intentar quedarse con las tierras raras y las centrales nucleares de Ucrania. Hay quien dice que a las centrales nucleares ucranianas les queda poca vida, pero Trump quiere apoderarse de ellas porque no es parvo.
Sin embargo, en España hay algunos parvos, que son los que quieren apagar cuanto antes las centrales nucleares españolas, mientras en el mundo se construyen 62 nuevos reactores (La Voz, 2 de marzo por C. Porteiro). Las siete centrales nucleares españolas generaron el año pasado el 20 % de la electricidad consumida en España, por lo que resultan indispensables para atender la demanda de energía eléctrica, ante la intermitencia e insuficiencia de las renovables. Además, las centrales nucleares no incrementan ni un ápice las emisiones de CO2. Por todo ello, son bastante parvos los políticos que quieren cerrar las nucleares a partir del 2027. Deberían de plantearse la construcción de nuevas centrales eléctricas de fisión nuclear.