«Tendrán que usar mucho márketing para seguir pregonando las ventajas de los coches eléctricos»

OPINIÓN

No valoramos la luz hasta que llega la oscuridad
Fue más que una simple interrupción eléctrica. Nos pilló en medio de nuestras rutinas, con pantallas encendidas, agendas apretadas y mil cosas pendientes. Y de pronto, todo se detuvo. Sin previo aviso, nos vimos obligados a parar… y a sentir. Porque el ser humano, por naturaleza o por costumbre, no se pone realmente en situación hasta que le pasa algo. Hasta que se apaga la luz y nos enfrentamos al silencio. Hasta que la comodidad se esfuma y nos damos cuenta de lo que dábamos por hecho.
Ayer, muchos redescubrimos cómo suena una casa sin televisión, cómo se siente una conversación a la luz de una vela, cómo late el tiempo cuando no hay notificaciones constantes. Nos dimos cuenta de lo dependientes que somos… y, al mismo tiempo, de lo mucho que necesitamos desconectar para volver a conectar. Con nosotros mismos. Con quienes tenemos cerca. Con lo esencial y lo importante.
Quizá no hizo falta más que un apagón para recordarnos que hay vida más allá de las prisas, que estar presente es más valioso que estar disponible, y que lo simple, lo verdaderamente humano, sigue ahí, esperando a que volvamos a verlo. Silvia Fernández Rodríguez. Lago (Valdoviño).
Nuestra credibilidad como país eficiente
El apagón masivo eléctrico, telefónico y de internet ha sido la gota final para destruir nuestra credibilidad como país eficiente. España ha dado enormes bandazos en los últimos años en sus políticas energéticas, con la exministra Ribera decidida a cerrar centrales nucleares en España, mientras repartía hace dos meses 32.000 millones para dos nucleares de Bélgica. Tampoco esperen ustedes la dimisión de la ministra Aagesen, porque como europeos tenemos que seguir defendiendo agendas y transiciones ideológicas que fuera de Europa no importan a nadie. Sin ir más lejos, tendrán que utilizar mucho márketing para seguir pregonando las grandes ventajas de los coches eléctricos. Y todo esto teniendo unas tarifas eléctricas carísimas, con el 21 % de IVA.
Por cierto, eché en falta avisos informativos en el móvil, o coches de Protección Civil y policía local informando por las calles, o que estuviese alguien en el ayuntamiento para informar y ayudar en tiempo real a cualquiera que lo necesitase. Juanma Sánchez. Negreira.