Pedro Sánchez se inventa enemigos
Uno de los mensajes que nos transmite la lúcida novela de Orwell 1984 es que cuanto más abstracto, y por lo tanto ficticio, sea el enemigo, más fácil será echarle la culpa. Por eso Pedro Sánchez está inventándose enemigos a los que poder culpar. El último es el que insinúa un ciberataque contra nuestra red eléctrica, y, por mucho que los técnicos desmienten esa posibilidad, él no solo no la descarta, sino que no para de alimentarla como un bulo más.
Para Sánchez no hay que descartar ninguna posibilidad, porque cuantas más hipótesis haya, más confusa será la culpa y más dispersa estará. Sabe que la única forma que tiene de exculparse es enturbiándolo todo con imprecisiones, vaguedades y ambigüedades. Javier Sanz Gómez. A Coruña.
El apagón
Este apagón inesperado nos sumió en la oscuridad, pero también nos regaló algo inusual: tiempo. Tiempo sin prisas, sin pantallas, de repente las calles se llenaron de vida de otra época. Los niños, libres de consolas y móviles, salieron al parque a jugar como hacían generaciones atrás: al escondite, a la pelota. Los quinceañeros, tumbados en la arena de la playa, hablando entre ellos y haciéndose bromas. Los mayores, sentados en los bancos. Vecinos que apenas se saludaban, se detenían a conversar, y casi todo el pueblo salió a pasear.
El único bar con electricidad, gracias a un generador, tenía su terraza a rebosar. Entre risas y cervezas, un grupo de dominicanos comentaba: «Esto nos recuerda a nuestro país, donde los cortes son cosa de cada día». Mientras en muchos países esto es parte de su rutina, para nosotros ha sido un hecho excepcional que nos ha descolocado, pero ha sido un respiro involuntario, un recordatorio de que la vida puede ser más lenta, más humana.
Con el restablecimiento del servicio eléctrico todo ha vuelto a la normalidad: persianas bajadas, miradas fijas en los móviles... Pero, por unas horas, el apagón nos mostró lo que hemos perdido: la calle como espacio de comunidad y el tiempo sin prisas. Quizá deberíamos apagar más a menudo las luces... para encender lo importante. David Estévez Camiña. Sanxenxo.
Mala atención médica
Logo dunha espera de máis dun ano, acudo a consulta no Centro de Especialidades do Ventorrillo na Coruña. A médica que me atendeu foi tremendamente desagradable, a tal punto que me quedei sen fala, non me esperaba semellante trato. Debeu de notar a cara que me quedou, porque aínda engadiu: «Pues tiene que dar las gracias, porque hay gente a la que le tengo que decir que tiene un tumor». No sistema público de saúde hai unha casta médica que contribúe ó seu deterioro. A consellería debería actuar. Mercedes Rodríguez Bolaño.