
En una semana en la que hemos hablado tanto de energía, de subidones de alta tensión y de estabilización de frecuencias, hay que empezar a centrar el tema de las malas vibras. A estas alturas ya queda demostrado que el presidente Sánchez, de signo zodiacal Piscis, nacido en ese agujero negro que es el 29 de febrero, tiene mal fario. No porque sea piscis, ojo, pero en su carta astral tiene que haber una numerología que atrae el desastre. La pandemia, la nevada histórica de Filomena, el volcán de la Palma, la guerra de Ucrania, la dana, ahora el apagón... Algo raro hay en ese karma, aunque el destino de Pedro sea siempre salir a flote pase lo que pase. Solo hay que pensar en que muchos lo dieron por muerto en su partido y ahí está enfrentándose a todo y a todos. Pero el meigallo le ronda. Como le ronda al programa La familia de la tele, de Belén Esteban, María Patiño and company, que se iba a estrenar el día que murió el papa Francisco. Salió fumata negra y, nada, no habemus programa. Se pospuso una semana más y el pasado lunes, 28 de abril, a punto de que empezara se produjo el apagón total en el país. No sé si hay relación entre Sánchez y Belén Esteban, si esa atracción de la princesa del pueblo a la televisión pública provoca chispazo, pero las señales están para interpretarlas. La familia de la tele, que nace gafado, lo intentará el lunes por tercera vez. Prepárense para lo peor.