Cómo invertir en EE.UU. en la nueva era Trump
OPINIÓN

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, del que apenas se han cumplido cien días, ha supuesto una tormenta de incalculables efectos en términos geopolíticos, poniendo en duda alianzas internacionales muy antiguas e incrementando el riesgo de recesión, aunque sea corta, debido a la incertidumbre. Sin embargo, Estados Unidos es y seguirá siendo la economía más importante del mundo, allí donde más empresas de calidad existen, y un país dinámico y fértil para los negocios.
Lo esencial sigue siendo identificar qué tipo de inversiones tienen sentido en un entorno tan agitado como el actual. A menudo, los titulares se centran en la bolsa estadounidense como un todo, pero agrupar sus cientos de empresas cotizadas bajo un único paraguas es un error. Por lo general, las grandes empresas de Wall Street cotizan a precios elevados, lo que reduce su atractivo y hace difícil obtener buenos rendimientos.
Sin embargo, el valor sigue estando, pero en los rincones menos explorados del mercado. No es que no exista, es que hay que buscarlo con precisión. Actualmente muchas small y medium caps ofrecen las mejores oportunidades. Son compañías de mediana y pequeña capitalización, pero en un país como EE.UU. estamos hablando de empresas de entre 300 y 10.000 millones de dólares de capitalización bursátil, que en Europa serían gigantes. Dentro de este universo de empresas hay que buscar aquellas que tengan negocios robustos, beneficios consistentes y potencial para crecer.
Se prevé que el banco central adopte una postura más flexible en los próximos trimestres, lo que podría aliviar tanto a empresas como a consumidores y, con ello, prolongar el ciclo económico. Por otro lado, muchas de las tensiones comerciales actuales son parte de una estrategia negociadora. Es probable que en los próximos meses se cierren acuerdos que ahora parecen estancados. Esto no elimina la incertidumbre, pero sí hace prever una mejora generalizada de la renta variable.
El mercado inmobiliario residencial, aunque está caro, también mantiene precios elevados por la escasez de viviendas y el crecimiento demográfico, convirtiendo este sector en una inversión interesante a largo plazo.