Israel ha intensificado su ofensiva y el saldo en vidas palestinas segadas en las últimas horas ronda las 250, la mayoría niños, según el director general del Ministerio de Sanidad de Gaza. Una cifra que evidencia que estamos ante «la más atroz limpieza étnica», por no hablar de los «ataques sistemáticos por parte de la ocupación contra los hospitales». Israel, 250 points en Eurovisión.
El Hospital Europeo de Gaza, en Jan Yunis, última instalación que ofrecía tratamiento contra el cáncer en toda la Franja, ha quedado fuera de servicio tras ser atacado por fuerzas israelíes la pasada semana. Era uno de los últimos salvavidas del devastado sistema sanitario gazatí. Israel, one point.
La prensa publicaba: «La población lucha por acceder a atención médica vital. Los hospitales que quedan funcionan en su mayoría parcialmente y están desbordados. Los ataques repetidos contra centros de salud son otro ejemplo más de cómo las autoridades israelíes hacen que Gaza sea inhabitable». Israel, otro point.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 470.000 habitantes de la Franja se encuentran en situación de hambruna, y la totalidad de la población —alrededor de dos millones de personas— sufre inseguridad alimentaria aguda. Al menos 71.000 niños y más de 17.000 madres necesitarán tratamiento urgente contra la desnutrición severa, algo que ya habían advertido a principios de este año las agencias humanitarias: otro point para esta canción tan chula.
Bandas de todo el país han anunciado en las últimas horas su renuncia y veto a participar en diferentes festivales que se celebran en España después de que el fondo israelí KKR, participante en negocios inmobiliarios en Palestina, haya comprado la empresa Superstruct Entertainment.
Los festivales afectados van desde algunos con proyección internacional como el Arenal Sound, Viña Rock o FIB a otros mucho más locales como el Interestelar en Sevilla o el Granada Sound. También están afectados Sonar, Morriña Fest, Madrid Salvaje, Festival de Les Arts o Elrow Ibiza, entre otros. No son los más famosos, ni los mejor pagados, simplemente son los más decentes. Un point para los músicos.
Más de cincuenta mil muertos y más de ciento quince mil heridos, no es legítima defensa. Nunca es tarde para detener esto. «Lo hemos hecho mal, horriblemente mal», afirma el arrepentido Netanyahu; lástima que el vídeo de Javier Fesser sea una denuncia del genocidio creado con inteligencia artificial, bueno, con inteligencia.
Muchos eurofanes piden que no se mezcle la política con Eurovisión, pero yo soy raro y más de Gila.
—Ring, ring, ¿está Netanyahu?
—Sí, soy yo.
—Oye Benjamín, ¿podíais dejar de matar niños durante un rato para ver Eurovisión? Luego, si eso, ya seguís.