La retirada de Elon Musk

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

Elon Musk, en una imagen del 30 de abril
Elon Musk, en una imagen del 30 de abril Evelyn Hockstein | REUTERS

22 may 2025 . Actualizado a las 09:31 h.

Lo dijo Winston Churchill: «La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en política, muchas veces».

La frase del histórico premier británico es un aviso a navegantes. Una advertencia a aquellos que, endiosados por su éxito, creen que la cosa pública es una empresa, entran en ella como un elefante en una cacharrería, prometen soluciones fáciles a problemas complejos y, de forma inexorable, acaban mal o muy mal, como Elon Musk.

El hombre más rico del mundo, el dueño de los coches Tesla y los satélites Starlink, el que compró Twitter (y la degradó hasta convertirla en X), ayudó a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca. Poniendo mucho dinero y convirtiendo su red social en una autopista para la desinformación que tanto gusta al magnate neoyorquino. Y luego se puso al frente de una cruzada ideológica y cuñadista para supuestamente reducir el gasto del gobierno federal estadounidense. Con estrépito, fuegos artificiales y fanfarrias. Sin respetar la ley o el sentido común. No consiguió su objetivo, llevó varios varapalos y sufrió una merecidísima crisis de reputación, que afectó a sus negocios. Ahora vuelve a ellos y deja, escaldado, la política cuando ella ya lo había dejado a él.

Dice que hizo lo que «tenía que hacerse». ¿Qué significa? Fracasar. Ser por una vez un perdedor. ¿Volverá a la política? El tiempo lo dirá. Pero la advertencia de Churchill seguirá vigente: en ella se puede morir varias veces.