Piso turístico, chivo expiatorio

Santiago Calvo
Santiago Calvo DOCTOR EN ECONOMÍA

OPINIÓN

ZIPI | EFE

22 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En medio del encarecimiento imparable de la vivienda, los pisos turísticos se han convertido en el objetivo favorito de la crítica social y política. La narrativa dominante sostiene que estos alojamientos son los culpables del aumento de los precios del alquiler, generando tensiones en ciudades como Madrid, Barcelona o Málaga. Sin embargo, un análisis riguroso muestra que la crítica está desenfocada: los pisos turísticos no son el principal problema, sino parte de la solución.

Los pisos turísticos representan apenas el 1,5 % del total del parque de viviendas en España. Incluso en ciudades con gran presencia turística, como Madrid o Barcelona, este porcentaje se mantiene por debajo del 2 %. Resulta así difícil sostener que una proporción tan limitada pueda ser la causa central del fuerte aumento de los alquileres. El incremento sostenido de precios obedece a factores estructurales más profundos, como la rigidez administrativa, el déficit de suelo edificable y el envejecimiento de la mano de obra en el sector de la construcción. Estos factores restringen la capacidad del mercado para aumentar la oferta de vivienda, generando una presión constante sobre los precios. La influencia de los pisos turísticos sobre los precios es mínima: explican solo un 0,3 % de la variabilidad observada en los precios inmobiliarios desde 2018 hasta 2023.

Los pisos turísticos ofrecen flexibilidad para propietarios e inquilinos temporales, permitiendo una mejor gestión del stock de viviendas disponibles. La regulación excesiva podría tener efectos contraproducentes. Casos como el de Nueva York muestran que restringir agresivamente este tipo de alquiler no aumenta significativamente la oferta residencial, sino que deja propiedades vacías o destinadas a otros usos intermedios, sin resolver el problema de fondo. El foco debería estar en solucionar las trabas estructurales, simplificando la regulación urbanística, aumentando la disponibilidad de suelo y promoviendo la renovación del parque habitacional. Solo así se logrará un equilibrio real y sostenible en el mercado de la vivienda. Demonizar los pisos turísticos no solo es injusto, sino ineficaz. Hay que mirar más allá del chivo expiatorio.