Salvar al soldado Sánchez

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

No disponible | EFE

15 jun 2025 . Actualizado a las 14:18 h.

Hasta ocho veces pidió perdón el secretario general del PSOE. Con ocho veces no basta. El problema es que la misma persona, Pedro Sánchez, es además el presidente del Gobierno. Va a ser difícil que los ciudadanos no piensen en ese coche en el que iban cuatro. Tres salpicados ya, Koldo, Ábalos y Santos, y el cuarto del Peugeot, que es él. El escenario no puede ser más diabólico. Y vuelve a poner en tela de juicio la financiación de los partidos y el comportamiento de los que manejan las llaves de la caja. Naseiro, Bárcenas, Ábalos, Santos… Es una lista que afecta a las dos grandes fuerzas políticas y que obliga a revisar a fondo el sistema. Pero ahora lo que toca es saber si la máxima presión que va a soportar el presidente del Gobierno le compensa a España. No hay que olvidar que Sánchez accedió al poder hace siete años con una promesa de regeneración de la vida política precisamente por la corrupción del famoso «sé fuerte».

La evidencia es que el presidente no solo no ha cumplido en este capítulo, sino que los suyos han repetido la historia. Además, no es un gobierno en mayoría. Es una presidencia en clamorosa minoría. Y sus socios no paran de reclamar cuando menos medidas más contundentes. Hay tres caminos. El que parece querer Sánchez: aguantar con una cara de cemento armado apelando al mantra del gobierno progresista para que no le abandone Sumar. El segundo camino es la moción de censura. Repetir la operación de limpieza. Resetear desde las Cortes. Aquella vez los votos del PNV fueron la puntilla para Rajoy. Qué quiere hacer el PNV, porque no solo Sumar está en la ecuación. Qué quiere hacer Bildu. Qué quiere hacer ERC. Qué quiere hacer el BNG, que siempre habla de inmaculada limpieza. Y qué quiere hacer Junts. Santos Cerdán fue el detonante y era el negociador con Puigdemont. Y la tercera senda es reiniciar todo en serio y convocar elecciones para que hablen los estupefactos ciudadanos por la boca de las urnas, que es la voz de la democracia.

Volvemos al mantra. El PSOE dirá que no lo va a hacer. Y Sumar le seguirá. Nos repetirán que se sacrifican desde los ministerios y la Moncloa por mantener ese gobierno progresista que venden como única barrera frente al mal de un PP ayusizado y que además pactaría con Vox. Nos insistirá Sánchez en que tiene que continuar para salvar a España de la ultraderecha. Pero ahora hay una investigación de la UCO que hace saltar por los aires todo lo que él mismo dijo contra la corrupción en el Congreso para ser elegido presidente. Repasen el discurso. Un montón de palabras que se han vuelto en su contra. Habló Ábalos aquel día. ¡Ábalos! Y luego Sánchez. Y dijo: «Esta moción de censura es consecuencia de hechos gravísimos que de forma reiterada en el tiempo han ido sacudiendo a la opinión pública a golpe de imágenes que provocan bochorno, incredulidad e indignación».

Cierto es que nada une más que el poder. Faltan capítulos por escribir en la novela turbia de este país. Pero solo Sánchez tiene la llave de unas elecciones y se ha enrocado en el 2027. Da igual que estemos respirando veneno.