Mary Claire King y los niños robados

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

FPA | EUROPAPRESS

19 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La genetista estadounidense Mary-Claire King ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2025. La doctora King se graduó en Matemáticas y, posteriormente, realizó su tesis doctoral en Genética en la Universidad de Berkeley. Allí ejerció como profesora de Genética y Epidemiología, para incorporarse después a la Asociación Estadounidense del Cáncer, en la Universidad de Washington (Seattle).

Según publica la fundación que otorga los premios, su trabajo de doctorado en Biología Evolutiva tuvo una enorme trascendencia al determinar la gran proximidad genética entre humanos y chimpancés, un 99 % idénticos, a través de análisis estadísticos de similitud entre proteínas. En 1990 consiguió identificar un gen localizado en el cromosoma 17, denominado BRCA1, así como las mutaciones en este gen que estaban implicadas en el desarrollo de determinados tipos de cáncer de mama y ovario.

Mary-Claire King es además conocida por su papel relevante en la aplicación de la genética en el ámbito de los derechos humanos, como en casos de identificación de los descendientes de desaparecidos tras la dictadura argentina, con el denominado «índice de abuelidad». Su labor ha llevado hasta ahora a la identificación y reunificación de 138 familias.

La doctora King trabajó con las abuelas argentinas de desaparecidos en la dictadura para establecer el Banco Nacional de Datos Genéticos, la primera institución dedicada a preservar sistemáticamente la información genética para futuras identificaciones. El banco es un organismo clave para la recuperación de la identidad de miles de víctimas de la dictadura.

La dictadura argentina puso en marcha un plan sistemático para secuestrar, torturar y hacer desaparecer a miles de personas entre 1976 y 1983. Se estima que fueron en torno a 30.000 los asesinados, pero no es fácil dar una cifra porque los asesinatos fueron clandestinos, las víctimas fueron arrojadas desde aviones, etcétera; en resumen, no hay tumbas.

Ahora, el Gobierno de Javier Milei acaba de intervenir el Banco Nacional de Datos Genéticos para convertirlo en un organismo centralizado, dependiente de la Jefatura de Gabinete, dejándolo sin financiación: «Durante los 70 hubo una guerra en la que las fuerzas del Estado cometieron excesos», declaró el presidente. ¿No les suena?

Milei es un conocido negacionista que se pasea por Europa con una motosierra recibiendo premios y condecoraciones, desde Madrid, donde se le otorgó la medalla de la Comunidad, hasta Varsovia. Yo cada vez que le veo o le oigo gritar «¡viva la libertad, carajo!» siento un profundo malestar. Desde ahora, en vez de enfadarme cuando le vea, pensaré en el trabajo de Mary-Claire King con las abuelas de los niños robados, y en cómo la ciencia ha ayudado a reconstruir la verdad. Por cierto, sobre la similitud de humanos y primates, siempre lo sospeché.