La nueva política: el culebrón de Pedro Sánchez

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Alejandro Martínez Vélez | EUROPAPRESS

19 jun 2025 . Actualizado a las 16:39 h.

Una semana después del mayor apagón en la historia de España:

—«La rápida recuperación del suministro eléctrico [tardó casi 24 horas en algunos casos] es la prueba misma de la fortaleza de nuestro sistema».

El día en que el secretario de Organización del PSOE dimite tras revelar una investigación de la Guardia Civil que formaba parte, junto a su antecesor en el cargo —ex ministro y antiguo hombre fuerte del presidente del Gobierno—, de una banda que se repartía mordidas millonarias y prostitutas:

—«Siempre he trabajado por la política limpia, por la regeneración democrática y por la lucha contra la corrupción».

Podemos y Ciudadanos no eran aquello que se dio en llamar «nueva política», de hecho el ideario de los primeros era más viejo que la tiña, un marxismo trasnochado que pescó con el anzuelo anticapitalista a los jóvenes desinformados (la generación de la LOGSE, la ley de educación socialista aprobada en 1990) y descontentos a raíz de la Gran Recesión española.

El nuevo homo politicus es Pedro Sánchez, paradigma que se estudiará en el futuro en las universidades de todo el orbe. Un galán de culebrón que protagoniza dramones televisados en directo, sin vergüenza propia aunque sí ajena:

—«Soy un hombre profundamente enamorado de mi mujer, que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también».

—«Son las cinco de la tarde y no he comido» [música de tragedia, estilo gueto de Varsovia o colas del hambre en Gaza].

Pero después de pasar por la sala de maquillaje, hacer pucheros y poner cara de cordero degollado, sale el dóberman que lleva dentro. Puede pedir perdón ocho veces y afirmar «hay tres responsabilidades políticas, las asumo todas», pero no dimite, ni plantea una cuestión de confianza. «Colaboraremos con la justicia», declara orgulloso, como si otra cosa fuera posible siendo el Ejecutivo —y en efecto, lo es: sus ataques a los jueces no tienen parangón en democracia—. Y reta a la oposición, ¡ultraderecha, ultraderecha!, a presentar una moción de censura. El suyo es «el mejor Gobierno que ha tenido España en mucho tiempo» y el PSOE «una organización limpia», para probarlo encarga una auditoría externa. La auditoría, Pedro, te la está haciendo la UCO.